Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

martes, 18 de junio de 2013

La guerra de Nicolás / Por Douglas Zabala


Como si viniese de andar entropao con su ejército loco sandinista, después de los combates de Las Segovias o haber tomado Santa Clara, después de aquellos fieros combates guevaristas o amanecer cabalgando con Páez, triunfante hacia Caracas, luego de la revuelta de Carabobo; el que sin echar un tiro y sin costarle un voto su llegada al poder, a falta de haber sudado su épica, desde Trujillo está anunciando que al igual como en los días de cuando el aguerrido caraqueño, acorralado por las fuerzas realistas, resolvió emitir su decreto de guerra a muerte, él ahora resuelve romperle el cerco a su enemigo principal y alardea que va a mandar a fusilar a cuanto corrupto consiga del gobierno anterior y del suyo propio.

No apoyé a este novel soldado anti corruptivo en su afán de garantizar el legado del ausente sobrevenido, pero si de verdad va asumir este combate por la decencia pública, desde ya le anuncio que desde el momento cuando ordenó poner preso a uno de los mafiosos que gustaba de andar tirando pinta al lado del Comandante, mientras sus huestes hacían de la suyas allá en la ferrominera, asumí aquel llamado en serio y comencé a curucutear los más sonados casos de corrupción en el gobierno anterior, a sabidas cuentas que ni el también fallecido Contralor, ni la Fiscal y mucho menos la saliente presidenta del TSJ, se atrevieron a investigar, imputar y sentenciar, a ningunos de los nuevos ricos chavistas que armaron su festín en los cargos públicos, a los que fueron designados por su de cujus político.

Esta mañana me enteré que el corrupto ese, el director de Indepabis, salió muy campante de la cárcel, gritaba enardecido el aséptico mandatario, mientras que junto al presidente de la Asamblea Nacional, le ponía el ejecútese a la Ley de Desarme, en el estado Vargas. Y valga la ocasión para recordarle que estaba nombrando el mecate en la casa del ahorcao, porque precisamente el hombre del que más ufana amor y lealtad, y el cual la canalla burguesa desea que rompa su amistad, es el mismo que lleva desde hace años en sus espaldas, 17 expedientes por corrupción, desde los tiempos en que fue gobernador de Miranda, y que recientemente Mario Silva, acusó ante el G2 cubano, de ser el jefe de una mafia que con empresas de maletín, le produjo una de las estafas más grandes al erario público y al mercado de divisas.

Todo corrupto que salga de nuestras filas es contrarrevolucionario, ha decretado desde Trujillo el que pide contraloría social a trocha y mocha. Sirva entonces la ocasión para que en mi entusiasmado afán de colaborar en esta causa de profilaxis ética, refrescarle la memoria a nuestro nuevo paladín de la moral pública y señalarle que en la fiscalía reposan en contra de su antiguo vecino de El Valle, el camarada Juan Barreto, casos de investigación por presunta corrupción, como la instalación de Internet libre para las escuelas de Caracas, la retención de Impuestos Sobre la Renta, la adquisición de uniformes a la Policía Metropolitana, y el más abombado caso de las plantillas de los globos aerostáticos, que también su camarada Luisa, mantiene bien custodiado y a las ordenes de una autorización presidencial, bajo el expediente número 01-F76-008-09.

Vamos contra la corrupción que se va tragando la patria, despepitó al que le ha tocado recoger los vidrios rotos. Vamos a tomarle la palabra y a estar pendientes, de manera que en esta oportunidad, no le vayan a pintar pajaritos en el aire, y comencemos no por buscar nuevos corruptos en su administración; aquí todavía están frescos el caso de PEDEVAL, donde se perdieron más de 120.000 toneladas de alimentos descompuestos, los 540 millones de dólares del fondo de pensiones de Petróleos de Venezuela, que entre el empresario Francisco Illaramendi y Rafael Ramírez, le birlaron a sus trabajadores. También vaya metiéndole la lupa de nuevo, a ver si algún día los venezolanos, podamos saber la verdad verdadera de lo que sucedió con Guido Antonini Wilson y sus famosas maletas cargadas de casi 800.000 dólares para financiar la campaña electoral de Cristina Kirchner.

A veces por dentro uno se indigna, pero si estuviéramos en la época de la independencia, los pasaríamos a todos por las armas, sentenció Nicolás en su guerra contra la corrupción. Desde aquí le aplaudimos semejante decisión, pero desde ya le aclaramos que guerra es guerra y en ella no debe haber tiro flojo ni camaradería militante; por eso le recomendamos que si se le ocurrió la terrenal idea de acabar con el flagelo que ha secado la renta petrolera, eche el primer fogonazo pá los laos y verá caer a más de uno de sus acompañantes, porque hasta ahora, en estos últimos cincuenta años de vida republicana, nadie ha caído muerto por corrupto.

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