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Un dato de inflación más leve bastó para que Wall Street revalidara su impulso alcista y volviera a cerrar en máximos históricos. El S&P 500 superó por primera vez los 6.800 puntos durante el día, mientras los operadores refuerzan las apuestas a un recorte de tasas por parte de la Reserva Federal en la reunión de la próxima semana.
Pero detrás de la euforia inmediata, se consolida una narrativa más estructural: la posibilidad de una edad de oro para los mercados emergentes. UBS plantea que, tras años de rezago frente a las acciones estadounidenses, los activos emergentes podrían recuperar protagonismo.
Hoy cotizan con un descuento cercano al 40% respecto al S&P 500, pese a mostrar un crecimiento proyectado de beneficios superior para 2025 y 2026. Brasil aparece como uno de los ejemplos en esta reconfiguración, justo cuando el Banco Central se prepara para iniciar un ciclo de recortes.
Morgan Stanley (MS) no quiere quedar al margen y recomienda posicionarse desde ahora en acciones del sector financiero brasileño, que históricamente amplifican los beneficios en contextos de tasas a la baja. Es una jugada que refleja una lectura más amplia del ciclo monetario global y de la rotación hacia activos con valor relativo.
En este contexto, el nuevo récord del S&P 500 no sólo confirma el optimismo que domina el mercado, sino que también refuerza la expectativa de nuevos recortes de tasas de interés. Al mismo tiempo, se afianza una tendencia ya en marcha: la rotación de capital hacia mercados históricamente rezagados.
La pregunta que deja el día es si, detrás del entusiasmo inmediato, se está gestando una recomposición más profunda del mapa de inversión global. Cuéntenme ustedes qué opinan en carlos.rodriguez@
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Al Cierre 24/10/25
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