Como el día de hoy, es 24 de septiembre, pero corría el año de 1775, en aquella Caracas, donde todavía fungía como Capitanía General de Venezuela, y se mantenía bajo el yugo del Imperio español, nació José Félix Ribas, hijo de una familia acomodada, pero que con el transcurrir de los años y ya hecho un hombre de bien, los aires de cambio lo involucraron en la lucha por la Independencia.
Su participación en la gesta independentista fue fundamental desde el primer momento. Ribas pasa a ser protagonista fundamental en la conspiración del 19 de abril de 1810 y luego en la firma del Acta de Independencia el 5 de julio de 1811.
Con José Félix no se podía andar con muchos cuentos, no era un estratega de escritorio; era un líder de acción, un hombre de coraje físico y moral. De allí, su hazaña más emblemática, la que eterniza su nombre como ejemplo para la juventud, fue la Batalla de La Victoria el 12 de febrero de 1814.
Ya había surgido la figura realista del temible José Tomás Boves, quien venía desde llano adentro dispuesto a reconquistar Caracas para imponer de nuevo el yugo español. Ribas, sin un ejército profesional, armó a centenares de seminaristas y estudiantes inexpertos y le presentó combate irreductible.
Su arenga, “¡No podemos optar entre vencer o morir, necesario es vencer!”, no era solo una frase retórica; era la convicción desesperada de que la libertad vale cualquier sacrificio. Esos jóvenes, muchos de los cuales murieron en el campo de batalla, defendieron no a un caudillo, sino el principio de una nación soberana.
Hoy, Venezuela vive bajo un gobierno caracterizado por la sistemática negación de libertades, la persecución política y el encarcelamiento de centenares de jóvenes que, como aquellos muchachos de 1814, han alzado su voz para protestar por sus derechos.
La enseñanza de Ribas es hoy más urgente que nunca. Su ejemplo no es un llamado a las armas, sino a la resistencia pacífica, cívica y democrática.
José Félix Ribas hoy nos interpela y nos recuerda que la lucha por la paz, la democracia y los derechos humanos es un deber que trasciende generaciones.
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