El presidente ruso, Vladímir Putin, sugirió que podría prolongar por un año el último tratado de desarme nuclear aún vigente con Estados Unidos, que expira en febrero de 2026, pero advirtió que Rusia está dispuesta a responder a cualquier amenaza estratégica “no con palabras, sino con medidas técnico-militares”.
En una reunión televisada de su Consejo de Seguridad, Putin condicionó la oferta de prórroga del Nuevo START (START III) a que Washington actúe de “manera análoga” y se abstenga de dar pasos que “minen o destruyan la actual equivalencia” en las capacidades de disuasión nuclear. La declaración representa un gesto inesperado en un contexto de relaciones bilaterales extremadamente tensas, al tiempo que deja claro el creciente descontento de Moscú con las políticas de defensa occidentales.
“Rusia está dispuesta, después del 5 de febrero de 2026, a seguir por espacio de un año ateniéndose a las limitaciones contempladas por el START III”, declaró Putin. “Creemos que esta medida solo será viable con la condición de que EE.UU. actúe de manera análoga y no dé pasos que minen o destruyan la actual equivalencia de potenciales de disuasión”.
El tratado, firmado en 2010 por los entonces presidentes Barack Obama y Dmitri Medvédev —hoy en día uno de los dirigentes rusos más beligerantes—, limita a 1.550 el número de cabezas nucleares estratégicas desplegadas y a 700 los vectores (misiles balísticos intercontinentales, misiles balísticos lanzados desde submarinos y bombarderos pesados) para cada parte. También establecía un mecanismo de verificación mutua con inspecciones in situ, que Moscú suspendió en febrero de 2023 en protesta por el apoyo occidental a Ucrania, aunque sin llegar a abandonar formalmente el acuerdo.
Putin calificó de “erróneo” y “corto de miras” que Estados Unidos considere no renovar el tratado, argumentando que tal decisión tendría un impacto negativo en los objetivos del Tratado de No Proliferación Nuclear. Subrayó que Moscú considera “justificado” mantener el “statu quo” para evitar una mayor carrera armamentista.
Sin embargo, la oferta de diálogo vino acompañada de duras advertencias. El líder ruso acusó a Occidente de ser responsable de la “degradación” de la estabilidad estratégica global, afirmando que “el sistema de acuerdos sobre el control de misiles nucleares y armas estratégicas defensivas ha sido casi completamente desmantelado” debido a “pasos destructivos” de Washington y sus aliados.
“Enlazamos los numerosos problemas que se han acumulado en la esfera estratégica desde comienzos del siglo XXI con las acciones destructivas de Occidente, sus conceptos doctrinales desestabilizadores y programas militar-técnicos dirigidos a socavar la paridad global y a lograr una superioridad absoluta y abrumadora”, afirmó Putin.
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