Hagamos las paces.
La paz es un sueño hermoso en la tierra/ si se realizara fuera maravilla/ pero como abundan perros de la guerra/ el sueño se vuelve una pesadilla// Que ninguna guerra en la tierra es buena/y ninguna paz en el mundo es mala/dice una frase escrita con gala/ que ninguna paz en la tierra es mala// Estos párrafos, parte de una canción de Jesús Rosas Marcano y Gilberto Simoza, compuesta en el año 2000, nos encanta, y la cita viene a propósito del Día internacional de la paz, que se celebra el 21 de septiembre, instituido por la ONU desde 1981, para fomentar los ideales de paz, no violencia y cese del fuego entre todas las naciones y pueblos del mundo.
Digan ustedes si trabajar hoy por la paz y la no violencia no es una necesidad imperiosa. Recordemos lo que decía el papa Francisco: “tenemos una guerra a pedazos en el mundo”. Y no podemos pensar sólo en esa violencia física, visible, que mata con cañones, drones, que acaba con ciudades y mata inocentes que no han decidido esas guerras. Tenemos que pensar también en la violencia invisible, como dice J. Galtung, entre ellas, la cultural, la verbal, la gestual, la que viene por redes sociales, la que genera la desigualdad, la injustica social…
Este año, el lema de la ONU al celebrar este día es “Actúa ahora por un mundo pacífico”. Pertinente: llama a la acción y a, no posponer lo que esté en nuestras manos para trabajar por la paz. No se trata de un llamado sólo a los Presidentes o líderes mundiales. Se trata de cada uno de nosotros, los ciudadanos, donde estemos, seamos lo que seamos, todos podemos hacer algo por promover la paz. Aprender a resolver los problemas interpersonales, comunitarios, por vías pacíficas, por ejemplo, y eso se puede enseñar y se aprende. En las escuelas, la educación para la paz debe ser un eje transversal, y desde el primer día de clase, desde los acuerdos de convivencia en el aula, enseñar que la violencia no es natural, es aprendida, y que el respeto mutuo debe imperar.
Un mundo pacífico, supone que se valore la paz, que se prefiera a la violencia, que se asuma la no violencia como modo de proceder, como lo predicaba y vivía Gandhi, con coherencia: “Mi vida es mi mensaje”, y logró la independencia de la India sin disparar un tiro, sin insultar, y con mucha valentía, porque la construcción de la paz, sea del tamaño que sea el espacio donde se actúe, no es para cobardes, es una invitación para valientes.
Actuar ahora por un mundo pacífico también supone alzar la voz contra la violencia, el odio, la discriminación, el desarme y promover acciones en nuestro entorno que fomenten el diálogo. Rechazar la violencia venga de donde venga. No se habla de la “paz de los sepulcros”, que es el silencio por miedo, por la represión, se habla de acciones que muestren posibilidades de paz.
Nelson Mandela, después que supo evitar una guerra civil en Suráfrica, cuando fue electo presidente, dialogó con opositores, nada de “borrón y cuenta nueva”, nombró una comisión de la verdad, pero tampoco promoviendo la venganza, que él decía que era mala consejera. Después de salir su período presidencial – ya le había advertido a su partido que no iría a la reelección – ayudó a otros países africanos, que tenían conflictos bélicos abiertos, a mediar, aconsejar, para que lograra la paz necesaria. Como el caso de Burundí. En su libro Conversaciones conmigo mismo (2010) llamó a los líderes, se reunió con ellos en el año 2.000, les dijo que no se podían centrar sólo en los problemas – que tenían muchos – que tenían que fijarse en llamar la atención en las cuestiones que lo unían como pueblo, y les dio algunas sabias recomendaciones, comparto algunas de esas con ustedes:
Todo líder debe saber: que la emoción no puede reemplazar el pensamiento racional. Los líderes tienen que aprender a comprometerse, les dijo también:” El compromiso es el arte del liderazgo, y uno se compromete con su adversario, no con su amigo”. (x) O sea, hay que sentarse con los del grupo “contrario”. Sabemos que cuando hay ánimos exaltados no es fácil sentarse con los adversarios, pero si no hay conversaciones, con mediadores mucho mejor, lo que quedan son acciones violentas y esas sólo traen más violencia.
Aquí en Venezuela hay iniciativas diversas de promoción de la convivencia pacífica, la cultura de la paz. La RASI, Red de acción social de la iglesia, realiza cada año su Encuentro de Constructores de Paz, el último viernes de mayo, y también los capítulos regionales organizan encuentros zonales. El Centro Gandhi promueve el legado de Gandhi, ofrece talleres a adultos y a colegios sobre la no-violencia como modo de proceder. El CEPAZ – El Centro de Justicia y Paz CEPAZ – cada año promueve 12acciones por la paz, desde el 21 de septiembre hasta el 2 de octubre, Día de la No-violencia, acciones creativas, este año con el tema de La educación en derechos humanos para construir la paz.
La Iglesia católica, desde el Vaticano y en toda su comunidad mundial, promueve la paz como valor, recomendamos la lectura dela Encíclica Fratelli Tutti, del papa Francisco, hermosa y con muy buenos consejos para promover la fraternidad.
En fin, únase a otros para promover la paz y no deje de ser coherente con esos deseos de paz, necesarios en nuestro país en donde la cultura de la violencia ha agarrado terreno.
Terminamos con una de nuestras estrofas sobre el tema: La paz es la mano extendida al pequeño/ la paz es palabra que se vuelve puente/ no insulta a nadie distiende el ceño/ y sabe que hablando se entiende la gente
(x) Mandela, Nelson (2010), Conversaciones conmigo mismo, Editorial Planeta, Barcelona. España.
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