El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, admitió este lunes en la cumbre progresista que se celebra en Chile que «el sistema político y los partidos cayeron en descrédito», lo que ha fortalecido a la ultraderecha global.
«En este momento en que el extremismo intenta reeditar prácticas intervencionistas, precisamos actuar juntos», dijo Lula junto al líder chileno, Gabriel Boric; los mandatarios de Colombia, Gustavo Petro; Uruguay, Yamandú Orsi, y el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez.
Tras una reunión a puerta cerrada en el palacio de La Moneda, los cinco comparecieron ante la prensa, ocasión en la que Lula denunció que el mundo vive «una nueva ofensiva antidemocrática» que, desde su punto de vista, los Gobiernos progresistas deben enfrentar «con acciones concretas y urgentes».
Destacó que durante la reunión se concordó en que es necesario «reglamentar las redes digitales» para combatir la falsa información y «devolverle al Estado la capacidad de proteger a sus ciudadanos».
Según Lula, «la llave para un debate público libre y plural es la transparencia de datos y una gobernanza digital global», así como insistir en el «fortalecimiento de las instituciones democráticas y el multilateralismo».
En un tono más reflexivo, sostuvo que es mucho más necesario en momentos en que «la democracia liberal no fue capaz de responder a las ansias contemporáneas» y que «cumplir con el ritual electoral cada cuatro años no es suficiente», porque «el sistema político y los partidos cayeron en descrédito».
Las conclusiones de esta cita, celebrada bajo el lema ‘Democracia siempre’, serán tratadas en una cumbre progresista que se realizará en septiembre, al margen de la próxima Asamblea General de la ONU, donde el año pasado Lula y Sánchez convocaron la primera de estas reuniones. EFE
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