Vos sabéis que La Calle Derecha arrancaba desde El Milagro, y desde allí se dejaba correr derechita justo hasta las Puertas de San Juan de Dios. Su transitar comenzaba en la esquina de la recién desaparecida Placita Sucre, rodeada de una hermosa arboleda, que rozaba con las paredes de la Escuela Rafael María Baralt.
La calle Derecha fue el nombre dado por los vecinos, pero el otorgado por la Municipalidad fue calle de las Ciencias, debido a que, en ella, estaban ubicados casi todos los centros educativos, existentes en aquel Maracaibo de Mantillas, Lino, Pajilla y Tranvía.
En el Convento estuvo la Universidad del Zulia y el Colegio Federal de Varones. En la acera de enfrente estaba el Centro Educativo Santa María. Hacia la Basílica en la cuadra con Vargas quedaba el Instituto Pestalozzi y el Colegio Santa Marta para Niñas.
La Escuela Federal seguía a media cuadra de la esquina Páez. Mas adelante funcionaba el Círculo Artístico dirigido por el Pintor Julio Árraga. De allí en adelante avanzaba mi calle Derecha, rumbo a encontrarse con las Quinces Letras, la Botica Occidental, Puerto Arturo y su Chinita.
Hoy, la Calle Derecha, luce abandonada y triste. El comercio que antes fue ejemplo de desarrollo ya no existe. No hay bullicio, ni alegría, ni compradores. Y, como si fuera poco, ya ni dejan estacionar a quienes aún desean llevar algo a sus hogares.
Mi Calle Derecha merece volver a latir con vida. Necesita a sus buhoneros, emprendedores y comerciantes. Basta de falsos guardianes del patrimonio que, en nombre del cuidado, ahuyentaron al comercio y vaciaron el corazón del centro marabino.
Rescatemos el bullicio de la Calle Derecha. Y como dijeron Víctor Hugo Márquez y Nelson Romero:
“Buhonero, buhonero que te rebusca la vida.
Luchando por la avenida, con ese sol callejero.
Por honrado y tesonero y por ser buen zuliano,
yo quiero estrechar tu mano. El sentimiento pueblero.”
Y vos qué recordáis de la Calle Derecha. Pa’ que vos sepáis.
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