CONDICIONES ELECTORALES Por Douglas Zabala

Será posible volver a ejercer nuestro derecho al voto, sin que el resultado sea torcido tal como sucedió el 28 de julio. Es inevitable responder esta interrogante sin tomar en cuenta la decisión tomada por la Plataforma Unitaria Democrática este miércoles 19 de febrero donde claramente ha reafirmado su compromiso irreductible con la defensa del voto y la voluntad ciudadana expresada en esos comicios presidenciales.

La abstención electoral nunca le ha resultado beneficiosa a quienes ha promocionado esta salida, pero a raíz de la conducta asumida por gobierno, habrá que preguntarse si esta nueva elección le garantiza a la oposición democrática ejercer el derecho a opinar, sin correr el riesgo de que su decisión sea birlada nuevamente.

La PUD ha planteado condiciones para regresar con confianza al hecho electoral, siendo la fundamental el que se inicie de manera inmediata una negociación formal y transparente, basada en el reconocimiento de la verdad del 28 y la liberación inmediata de los presos políticos, asilados en embajadas y exiliados. Así como el cese a la represión a todos aquellos que exigimos transparencia electoral.  

Ir a una elección tutelada por quienes inhabilitan dirigentes y partidos políticos, es como elegir cuál verdugo ha de soslayar tus derechos como elector. Así ninguna opción es realmente libre. Al legitimar este proceso electoral, hoy prorrogado, estamos dando un voto de confianza a quienes han convertido la soberanía popular en un mecanismo controlado por el miedo y la represión.

Debemos recordar que la verdadera democracia no se construye a través de elecciones manipuladas. María Corina Machado ha emergido como la voz de los venezolanos amantes de la democracia, liderando una resistencia que busca restablecer nuestra dignidad y nuestros derechos fundamentales.

Edmundo González Urrutia es el presidente electo y mientras no sea respetada esa decisión, debemos permanecer unidos tras su liderazgo y rechazar cualquier intento del gobierno por intentar legitimarse a través de unas elecciones donde no se garantizan las condiciones electorales por las que hemos venido luchando.