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Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

viernes, 16 de noviembre de 2018

Entrevista al Canciller español, Josep Borrell: "Nos preocupa tanto o más la situación de Nicaragua que la de Venezuela", Paola Wächter

Foto:EFE
De forma previa al inicio de la Cumbre Iberoamericana, el ministro del gobierno de Pedro Sánchez también defiende el acercamiento de Madrid a Cuba.

El ministro de Asuntos Exteriores español, Josep Borrell, tiene una agenda intensa por estos días. Cruzó el Atlántico para acompañar a los reyes de España en una visita oficial a Perú y hoy se encuentra en Antigua, Guatemala, para asistir a la XXVI Cumbre Iberoamericana, marcada por las crisis de Venezuela y Nicaragua y por la presencia de nuevos liderazgos. El propio Presidente socialista Pedro Sánchez hará su debut en esta cita de jefes de Estado y de Gobierno, luego de su llegada a la Moncloa, en junio pasado.

En entrevista telefónica con "El Mercurio", el canciller Borrell destacó un encuentro más concurrido que sus versiones anteriores, por lo que espera debates "interesantes y fructíferos", sobre todo cuando la región atraviesa "una situación mucho más complicada que hace unos años". Pero aclaró que "España va a este encuentro en pie de igualdad con cualquier otro país iberoamericano, con la voluntad de cooperar, pero sin que traiga una solución mágica".

-Se espera que la situación venezolana sea uno de los temas centrales de la cumbre. Usted se ha mostrado a favor del diálogo, más que de la mano dura. ¿Cuál cree que es la salida a la crisis?

"No conozco a nadie que no apueste por el diálogo como salida de la crisis (...). Todo el mundo dice y repite que la única solución a Venezuela es una resultante de un acuerdo entre venezolanos, rechazando cualquier recurso a la fuerza. En la Cumbre de la ONU tuvimos muchos la ocasión de decir que no nos gustan los tambores de guerra; que no nos gustan las llamadas más o menos tangenciales o implícitas, y en muchos casos muy explícitas, a golpes de Estado o intervenciones militares desde el exterior. Eso debe quedar muy claro: la solución tiene que salir de un acuerdo entre venezolanos. Estamos diciendo lo que dicen todos, lo cual no quiere decir que estamos pidiendo levantar las sanciones (europeas). De ninguna manera. Creemos que no se dan las condiciones. Pensamos que hay que facilitar. La posición de España es la que tiene la UE".

-Usted ha dicho que no ha habido suficiente diálogo.

"Lo que ha faltado es que el diálogo prosperara y que generara una clase de acuerdo".

-¿Y qué ha fallado, entonces?

"Una de las cosas que entorpecen el ejercicio de una negociación es la fragmentación de la oposición, que cada día que pasa está más dividida. Hay una división mayor de distintas tendencias. Hubo un intento de negociaciones en República Dominicana, que no llegó a buen fin, para organizar las elecciones de una manera distinta a como se produjeron. El nuevo gobierno español lo único que ha dicho es lo mismo que han dicho los países iberoamericanos, con alguna excepción: estamos en contra de las soluciones que utilicen la fuerza y hemos de facilitar el diálogo, la búsqueda de esa solución, algún punto de encuentro. Desgraciadamente, en este momento no lo hay"

-¿Venezuela es una dictadura?

"El funcionamiento político del país no se corresponde con el que en Europa llamaríamos una democracia. Y prefiero recordar que la UE, entre ellos España, no ha aceptado el desarrollo de las últimas elecciones. Saque usted sus conclusiones.

Nos preocupa tanto o más la situación de Nicaragua que la de Venezuela. Como es un pequeño país de seis millones de habitantes, parece que pasa desapercibida. En Nicaragua ha habido una situación de extrema violencia, que ha dejado 300 muertos en las calles y más de 2.000 heridos. Y a eso no parece que le diéramos la importancia que tiene. Porque extrapole usted 300 muertos para un país de 6 millones, y hay que ver qué sería la escala de la población en un país como España y Venezuela".

-El Presidente Sánchez tiene previsto reunirse en la cumbre con el mandatario nicaragüense, Daniel Ortega. ¿Alguna propuesta?

"Me reuní con el ministro de Exteriores de Nicaragua en Madrid y supongo que el encuentro del Presidente del Gobierno irá en la misma línea, de señalar la grave situación que vive su país y de pedirle el fin de la represión, la liberación de los detenidos, la restauración de una normalidad democrática que se ha visto gravemente alterada por estas circunstancias. La diplomacia, desgraciadamente, ni menos la diplomacia de un solo país como es España, tiene soluciones para estos problemas. Requiere de unos acuerdos a nivel de la comunidad internacional. Todo el mundo habla de Venezuela, pero por qué no demostramos idéntica preocupación por Nicaragua".

-España ha dado un giro en su política hacia Cuba, alejándose de la denominada Posición Común y en línea con la UE. El Presidente Sánchez irá a La Habana, marcando un hito. ¿Qué se busca?

"De entrada, estar presente. Es la primera vez que un Presidente de España visitará la isla en 36 años. Me parece que ya va siendo tiempo. Porque mientras tanto ha pasado por ahí casi todo el mundo: desde el Papa (Francisco) hasta (Barack) Obama. Que España no esté, no sé a qué lógica obedece. Por otra parte, la Posición Común, impulsada por el Presidente (José María) Aznar, hace tiempo que dejó de ser una posición común. Ya se ha superado".

-¿Qué rol puede jugar Chile en la región?

"Chile es un país que se ha desmarcado, desde el punto de vista de su estabilidad política y de su progreso económico, de muchos países de la región. Pero mira mucho hacia el Pacífico en este momento. Está mirando más a sus relaciones económicas y comerciales con los países emergentes del Sudeste Asiático y, en particular, con China. Puede ejercer una función de liderazgo (regional), si lo quiere. Tiene las bases suficientes para hacerlo. Todo depende de su voluntad política para ello. Pero sin duda, es un país que ha demostrado una capacidad de pasar de transiciones de un gobierno a otro, dentro de una absoluta normalidad democrática y conseguir tasas de crecimiento económico notables, aunque desgraciadamente, como muchos países iberoamericanos, el crecimiento económico no se haya traducido en una disminución de las desigualdades".

''Chile puede ejercer una función de liderazgo (regional), si lo quiere"

''El funcionamiento político de Venezuela no se corresponde con el que en Europa llamaríamos una democracia".

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