Y líbranos de todo mal…Mi abuela cuando rezaba el padre nuestro
Me he hecho muchas veces esa pregunta: de dónde diablos le sale tanta maldad a Jorge Rodríguez (también a su hermana, pero ese es otro asunto). Muchos han explicado que su conducta malévola responde a un acto de venganza por el asesinato de su padre en manos de la DISIP, policía política del anterior régimen. Pero eso no es verdad. Eso es uno de los mitos políticos que caracterizan a la Venezuela de hoy. Eso es una leyenda urbana.
Hay varias teorías que pudieran explicar las desviaciones malévolas del siempre risueño Jorge Rodríguez y que pueden echar por tierra la tesis de la venganza. Por ejemplo, la asociada al cromosoma X que produce el gen MAO-A. El Dr.Hans Brunner investigó el caso de una familia holandesa en la que 40 de sus miembros varones habían cometido crímenes, descubrió que todos tenían el MAO-A. Es decir, que la disfunción de este gen está asociado a desarrollos de comportamientos antisociales, como: depresión, abuso de substancias, trastorno por déficit de atención y madurez sexual irregular, esto ha sido matizado por el Dr. Nigel Blackwood miembro del Instituto de Psiquiatría en King College, el MAO-A no es el promotor de crimen en sí, también influye una infancia traumática, esto último, como veremos más adelante ha sido importante en la personalidad, no solo de Jorge, sino también de su hermana Delcy.
Otra teoría sobre la maldad es la sostenida por el Dr. Kent Kiehl, neurocientífico de la Universidad de Nuevo México, descubrió que los psicópatas tienen menor densidad neuronal en el sistema paralímbico, que es una de las zonas fundamentales para el procesamiento de las emociones, esto le puede estar pasando a Rodríguez, porque quizás qué carajo estará pasando en el paralímbico de Rodríguez.
No saber esta vaina, me condujo a largas y sesudas investigaciones que yo he realizado estimulado por las perversiones de Jorge Rodríguez (en verdad de los dos hermanos) para finalmente compartir la tesis del Dr. Marcelino Cereijido quien señala “No existe un gen de la maldad en el ser humano, pero hay circunstancias biológicas y culturales que propician la perversidad”.
Partiendo de esta última posición, creo tener la repuesta más cercana a lo que realmente acontece, no en el corazón, sino en la psiquis del psiquiatra del régimen.
Resulta que Jorge Rodríguez fue expuesto desde muy niño a una lectura desmesurada (todas las noches, antes de dormir y al levantarse antes de ir al colegio) de Caperucita Roja en francés: Le Petit Chaperon rouge de Charles Perrault y la versión alemana de los hermanos Grimm: Rotkäppchen.
La versión francesa le gustó mucho, no sabía porque, pero cuando cumplió los doce años leer esa versión lo ponía cachondo. Como Uds. saben muy bien, esta versión es muy erótica y perturbadora, especialmente, cuando el lobo, después de hacerle quemar toda su ropa a la pobre Caperucita la obliga a acostarse en la cama con él totalmente desnuda. Durante muchos años leyó y releyó esta versión, encerrado en su cuarto.
Paralelo a la versión francesa leía la versión alemana, aparentemente más ingenua, aunque solo era en apariencia, pues para Jorge era igualmente perturbadora y junto con la versión francesa dieron como resultado la personalidad oscura y siniestra (a pesar de su sonrisita que esgrime hoy, especialmente cuando da resultados electorales), esa lectura lo marcó definitivamente y cómo no lo iba a perturbar, fíjense Uds. el lobo se come a la abuelita y después de toda aquella vaina de:
C.- ¡Qué ojos más grandes tienes!
L – ¡Para verte mejor!
C – ¡Qué orejas más grandes tienes!
L – ¡Para oírte mejor!
C – ¡Qué manos más grandes tienes!
L – ¡Para abrazarte mejor!
C – ¡Qué nariz más grande tienes!
L – ¡Para olerte mejor!
C – ¡Y qué dientes más grandes tienes!
L – ¡Para comerte mejor!
Llega el leñador (en la versión de los Grimm) y salva a Caperucita, abre al pobre lobo de arriba abajo con su filoso cuchillo, extrae a la vieja viva y entera (se supone que llena de jugos gástricos). Y entonces ocurre lo increíble, el leñador le rellena la barriga con piedras y enseguida le cose la piel con hilo Elefante y una enorme aguja. Esto le produce una enorme sed al pobre animal que sale corriendo hacia el río para tomar agua, pero el peso de las piedras lo hunde y se ahoga.
Díganme Uds. si tal lectura, una y otra vez, todas las noches, la versión francesa, y todas las mañanas la versión alemana no iban a perturbar la mente de un niño y luego un adolescente que ya estaba problematizado.
Carajo, sí señor, el psiquiatra del régimen necesita un psiquiatra y de los buenos para, ver si puede superar la maldad que tales lecturas le han incubado y que él les hace padecer a los demás.
@RojasyArenas
http://verdadesyrumores.com/
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