Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

martes, 18 de septiembre de 2018

La destrucción del sistema eléctrico venezolano se hizo adrede, Beatriz Pantin

Credito: Ernesto García – Contrapunto

El experto dice, que era predecible que “sin inversiones en mantenimiento, profesionales calificados, planificación y administración óptima de cargas hidro-termo y sin infraestructura de expansión”, Caracas viva también el colapso del sistema

En vista de la disparidad de explicaciones sobre los cortes, fallas eléctricas y apagones vividos en el país durante los últimos meses, que el Gobierno Nacional califica como “actos de sabotaje”, mientras otros sectores señalan fallas técnico-administrativas, falta de inversión o de mantenimiento en la industria, éxodo de ingenieros y técnicos, entre otras causas, Contrapunto le consultó a Víctor Poleo, experto en materia energética y petrolera, además de ingeniero, profesor universitario, conocedor del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) y exviceministro del entonces Ministerio de Energía y Minas (MEM) entre los años 1999 y 2001, cuando Alí Rodríguez Araque, actual embajador de Venezuela –y por segunda vez– en Cuba, se desempeñó como ministro del sector.

Al preguntarle su opinión sobre las declaraciones de las autoridades estatales acerca de las múltiples fallas eléctricas, Poleo considera que la situación actual del SEN debe intentar comprenderse “desde el punto de vista político”. Explica que “no es el caso ahora de focalizarse en la ingeniería del sistema: un cable cortado por saboteadores, un transformador que explota, la presencia de iguanas, el ‘derroche eléctrico’ de los usuarios residenciales, etc.”, sino de “avizorar un acelerado colapso del sistema nacional, y estando en progreso el de Caracas, ya transcurridos 20 años de falta de genuina inversión y derruida su infraestructura”.

Poleo no duda en sostener que “la crisis del SEN es adrede, producto de una intencionalidad política inducida por actores específicos –autores materiales e intelectuales– en contra de sus connacionales y de la propia nación”.

¿Crisis inducida producto de una intencionalidad política? Esta es una tesis que puede sonar descabellada, pero que Poleo asegura que debe ser evaluada. Tal como lo explica, no solo hay un sector en problemas (el eléctrico), sino que se suma el declive de Petróleos de Venezuela y del resto de las industrias nacionales y la productividad.

Foto: Jonathan Lanza – Contrapunto

Al mencionarle el caso del año 2016, cuando se creó la comisión presidencial del Estado Mayor Eléctrico (Decreto N° 2.241 del 18/2/2016) y se argumentó que, debido al fenómeno de El Niño (y, en consecuencia, de la sequía y afectación de la represa del Guri) se entraría en emergencia energética, activándose finalmente un plan de racionamiento por 40 días –exceptuando la Gran Caracas–, subraya Poleo que “en 70 años de registros históricos del Caroní hubo 14 años de estiajes, pero solo durante los del siglo XXI hubo racionamientos”.

Usted dice que la crisis eléctrica hay que intentar abordarla, sobre todo en este momento, desde el punto de vista político, que “privilegia una explicación política”. ¿Qué habría detrás de la intencionalidad de destruir las empresas nacionales? ¿En este caso, la industria eléctrica?

—Hace 10 años, en efecto, no era creíble que una cierta clase política en funciones de gobierno agrediera a sus nacionales, que progresivamente asfixiara el bienestar de la sociedad y que intencionalmente desmantelara la actividad económica ya que, en principio, decir que un gobierno destruye a su propia nación no parece creíble por ser esto contra natura. Pero lo es en el atípico caso venezolano. Y lo es porque, justamente, en las carencias de electricidad es donde descansa una buena parte de los mecanismos para magnificar el dominio político de la sociedad y de la economía. La intención entonces es establecer un dominio de la población, propiciar la desmovilización política y destruir al enemigo que, para esta clase política, somos todos. No sé si conoces el término “guaraliar”: es como un toma y dame. En la actividad pesquera, una vez que tú anzuelas un pez grande, lo cansas, y la cuerda que lleva el anzuelo, la sueltas, y amarras el pez. Asimismo, se va cazando a la persona. Estamos en la fase del guaral.

En Caracas por ejemplo y los estados Miranda y Vargas se han registrado tres largos apagones entre diciembre de 2017 y marzo de 2018. El más reciente se suscitó el 5 de marzo. Sin embargo, “a diferencia de las grandes fallas eléctricas ocurridas durante los años 2009-2010 y los estiajes en el río Caroní en 2009-2010 y 2014-2015, estas últimas no obedecieron a medidas de racionamiento”, expone el experto.

Foto: Jonathan Lanza – Contrapunto

Poleo además confirma que “crecientes fallas y racionamientos no programados ocurren en distintos estados y regiones”. En las Navidades de 2017, el Zulia se quedó sin luz, asimismo le sucedió al centro y occidente del país, el 22 de febrero de 2018, fecha en la que se registraron zonas con intervalos de 12 horas de interrupción del servicio, o a los estados Zulia, Táchira, Mérida, Trujillo y Barinas, en los que se reportaron caídas en el suministro de energía eléctrica el día 27 de febrero, y en medio de “equívocas e inverosímiles explicaciones por parte del gobierno”, comenta.

El ingeniero asevera que el SEN “fue destruido en apenas 15 años (2003-2018). No hay electricidad, no hay gasolina. No hay alimentos, no hay medicinas. No presenciamos entonces la sola destrucción de la centenaria industria eléctrica: presenciamos la entera destrucción de la también centenaria industria del petróleo, de las industrias agrícola y pecuaria, de las industrias farmacéuticas”.

Dicho de otra forma, agrega, “la Venezuela etiquetada como revolución socialista del siglo XXI nos transita a la barbarie. No hay educación ni universidades: el socialismo del siglo XXI no quiere el conocimiento. El tránsito a la barbarie ocurre con intencionalidad política; lo que fuera conjetura en 2005 es hoy una afirmación con base en evidencias fácticas”.

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