Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

domingo, 27 de mayo de 2018

Gobierno “de facto” Julio Portillo / Historiador

Venezuela exhibe ante el mundo un gobierno “de facto”, porque no fue elegido según las normas más elementales de transparencia electoral y la elección adolece de vicios que lo invalidan.

No hay duda que la estructura política y jurídica del país está afectada. Se mantiene usurpado el poder. Un gobierno que estaba muerto por los males que le ha causado al país, hace imposible la vida en el sentido más amplio. El régimen dictatorial de Nicolás Maduro es ilegal e ilegítimo y toda acción interna o internacional de carácter colectivo para volver el país a la constitucionalidad está autorizada por el derecho de gentes.

No puede gobernar a Venezuela un mandatario que fue rechazado por el 82 % de los electores que no concurrieron a las urnas para rechazar no solo el proceso electoral sino a un Gobierno que ha sido incapaz de producir bien común. El poder en Venezuela está secuestrado por una camarilla militar y un grupo seudomarxista, acusados además de tener vínculos con el narcotráfico.

Maduro se ha convertido para la comunidad internacional en un dolor de cabeza inaguantable. Para el dictador la patria es él y la república los otros. No ve al pueblo como el soberano, sino como un instrumento de su ambición de poder.

Desde la época de la colonia, Latinoamérica ha padecido como una maldición la tara de caudillos y dictadores, que han alargado sus gobiernos con fraudes electorales, con candidatos únicos o hasta con otros candidatos que se prestan para hacerle el juego al tirano y aparentar democracia.

El sistema político venezolano está desnaturalizado, no hay Estado de derecho, están burladas las leyes y la confianza pública, está cautiva la prensa, la radio y la televisión y en muchas ocasiones la protesta es víctima de brutales acometidas de los cuerpos policiales.

El pasado 20 de mayo se perdió en Venezuela la meta que se fijaron políticos y juristas de los siglos XIX y XX, es decir, la alternabilidad del poder. Entramos al siglo XX en 1935, con 35 años de atraso, con un gobernante que no sabía leer ni escribir. Y estamos en el siglo XXI con casi 20 años de atraso y con un chofer del Metro de mandatario, que no ha pasado por las aulas universitarias.

Desempolvando la Carta de Jamaica de 1815, sigue teniendo vigencia la sentencia de Simón Bolívar “Venezuela será un cuartel”. Las ambiciones de los militares mantendrán ese país en el atraso. Tenemos la esperanza que aunque la diplomacia es lenta terminará actuando. Y la oposición sale de este proceso purgada de ambiciosos y oportunistas.
 

1 comentario:

  1. Anónimo4:32 a.m.

    Desde la época de la colonia, Latinoamérica ha padecido como una maldición la tara de caudillos y dictadores, que han alargado sus gobiernos con fraudes electorales, con candidatos únicos o hasta con otros candidatos que se prestan para hacerle el juego al tirano y aparentar democracia. El sistema político venezolano está desnaturalizado, no hay Estado de derecho, están burladas las leyes y la confianza pública, está cautiva la prensa, la radio y la televisión y en muchas ocasiones la protesta es víctima de brutales acometidas de los cuerpos policiales.

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