Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

domingo, 11 de marzo de 2018

Los héroes de la retirada, Fernando Mires

Ya son casi veinte años desde que Hans Magnus Enzensberger, uno de los más brillantes publicistas alemanes, escribiera su breve ensayo “Los héroes de la retirada” (Die Helden des Rückzugs). Y todavía es un punto de referencia en las discusiones políticas y académicas.

El tema es siempre actual. Trata de esos difíciles momentos que llevan desde el fin de una dictadura hacia el comienzo de una democracia.

El título dice mucho: Enzensberger designa efectivamente como héroes a personajes que han hecho posible el ingreso de sus naciones a vías democráticas sin pasar por cruentos traumas históricos. En la mayoría de los casos han sido políticos conocedores del arte del dialogo. Sus armas han sido la inteligencia y la cautela. Nunca pronunciaron frases gloriosas, más bien se distinguieron por su tacto y su prudencia.

“Cada cretino puede lanzar una bomba” –escribe Enzensberger- “Mil veces más difícil es desactivarla”. Efectivamente, el trabajo de desmontar una dictadura implica conocer técnicas que pocos dominan. Claro está que a los “héroes de la retirada” nunca les levantarán estatuas. No llenarán páginas en libros, ni serán objeto de homenajes públicos. Casi todos han sido enterrados en tumbas modestas. Algunos ya fueron olvidados. Pero la deuda que dejan, es enorme.

Enzensberger comienza su lista con Nikita Kruschev, aquel gris funcionario de Stalin que tuvo en ese memorable 20. Congreso de la URSS el coraje de revelar los espantosos crímenes de su predecesor. Desde ese momento la sospecha se convirtió en verdad: El comunismo soviético había sido edificado sobre la base de uno de los genocidios más grandes cometidos en la historia de la humanidad.

Kruschev no democratizó a la URSS, pero sin el “deshielo” (así fue calificada su política), nunca habría podido aparecer la Perestroika. En cierto modo la Perestroika fue iniciada por Kruschev y tras el interregno burocrático de Breschnev, retomada por Michael Gorbaschov, el segundo héroe de la retirada.

Los héroes de la retirada provienen de las mismas entrañas de las dictaduras. Para los puristas solo son cómplices del oprobioso pasado. Para los fans de las ex –dictaduras –todavía hay muchos- grandes traidores. Ese fue, según Enzensberger, el caso de Janos Kadar en Hungría.

Co-autor de las masacres de 1954, Kadar desmontó al comunismo pieza por pieza. A la hora de las grandes revoluciones de 1989-1990 la economía húngara era capitalista y la política -en comparación con la de los otros países de la órbita- liberal. En cierto modo la evolución “desde arriba” conducida por Kadar facilito la revolución “desde abajo” que tuvo lugar en Polonia. Pero Kadar no sólo fue un héroe de la retirada. Fue también un héroe de la ambivalencia. Una ambivalencia sin la cual nunca habría sido posible la retirada.

¿Y quién más ambivalente que el general Wojciech Jaruzelski cuando en 1980 dio un golpe de estado en Polonia? Si no hubiera sido por el golpista Jaruzelski –el general que nunca sonrió- la URSS habría invadido Polonia y cometido una masacre al lado de la cual la de Hungría habría sido un juego de niños. En gran medida el golpe de Jaruzelski protegió a Polonia y con ello a Solidarnosc. Así lo reconoció el historiador Adam Mischnik quien, durante Jaruzelski, pasó largo tiempo en prisión.

Para Enzensberger un gran héroe de la retirada fue el español Adolfo Suárez al haber planificado el tránsito hacia la democracia. Suárez, en verdad, hizo un verdadero trabajo de joyería desde el franquismo, pasando por la monarquía, hasta llegar a los sindicatos obreros, los socialistas y los comunistas. Pocos en España, entre otros Felipe Gonzáles, saben lo que deben a Adolfo Suárez.

Leer mas:https://polisfmires.blogspot.com/2014/03/fernando-mires-los-heroes-de-la-retirada.html

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