Maracaibo necesita un Alcalde Por Douglas Zabala

Maracaibo vive su peor momento, en los últimos años la calidad de vida de nuestra ciudad se ha ido a menos. Ya ni siquiera el titilar nocturno del que nos cantara nuestro trovador, Rafael Rincón González, existe. Nuestro Municipio se ha deteriorado más por la asfixia económica y la desidia del gobierno central, que, por la propia administración local, ya nuestros Barrios no tienen nada que envidiarles a las zonas más pobres de la capital de Haití o de cualquier suburbio de algún país de nuestros hermanos del África.

A nuestras urbanizaciones se le ha transformado su hábitat natural y sus vecinos son asediados por el terror de la delincuencia, haciéndolas cada vez más inseguras, violentas y peligrosas. Las calles de la ciudad se han llenado de huecos; no existen señalizaciones y casi todos los semáforos se encuentran inservibles, y lo único que las adornan son los cerros de basura que aparecen en cada esquina.

El caos urbano se ha apoderado de la ciudad y nuestros habitantes sufren diariamente el flagelo terrible de la desaparición del transporte público. El espejismo creado por la construcción de la primera etapa del Metro con sus buses rojos, choca con una red de carros destartalados y chirrincheras sin seguridad alguna. A todo este caos del mal vivir se ha unido la falta de recursos presupuestarios por parte del gobierno central, agravando con ello, la calidad de vida de una ciudad que, a pesar de las dificultades, se resiste a desaparecer.

Una nueva política en la administración pública municipal pasa por el sano ejercicio de la función pública. Cada funcionario, desde un director hasta el trabajador que barre con mucha gallardía las calles de la ciudad, debe ejercer en el área que le corresponda como servidor público, la transparencia administrativa. Necesitamos un Alcalde dispuesto a terminar con la cultura de la corrupción, pasando de la predica a los hechos, cumpliendo con un servicio donde su estandarte principal sea la ética.

Modernizar la Alcaldía de Maracaibo en la futura gestión, será sinónimo de solución al grave problema de los servicios públicos en la ciudad. Para ello las metas, programas y proyectos, deben estar signadas por una visión empresarial, donde sin perder la condición de ente público, la haga funcionar con la eficacia y la eficiencia, de un experto gerente en los asuntos públicos y privados. La participación ciudadana debe ser el eje que transversalice la necesaria y urgente modernización de esta corporación municipal.

Esta nueva política de modernización hay que centrarla en el área administrativa, como eslabón fundamental para el fortalecimiento institucional, donde se incluyan aspectos como: La revisión y transformación de la Plataforma Tecnológica, el Sistema de Planificación, el Sistema Administrativo, Contable y de Recursos Humanos, todo ello con el noble propósito de darle empoderamiento al ciudadano, a través de la verdadera participación protagónica y democrática de todos los habitantes del municipio.

“Le vamos a devolver la ciudadanía a sus ciudadanos. Tenemos que recuperar los valores, reencontrarnos y repensarnos como marabinos, para fomentar la conciencia de nuestra gente”. Ha dicho reiteradamente nuestro candidato a la Alcaldía, y hacia allá vamos, hacia el rescate de la ciudad, de allí nuestras razones para decir que, Maracaibo necesita un Alcalde como Carlos Alaimo.