EFE | CRISTIAN HERNÁNDEZ |
El fraude hay que demostrarlo y no suponerlo
Estaba claro que la MUD correría en desventaja frente a los candidatos del oficialismo que contaban con un electorado cautivo, alimentado por la base clientelar del gobierno, así como la subordinación del CNE, TSJ y ANC, el abuso de los recursos públicos, la coacción burocrática y el amedrentamiento a los beneficiarios de las dádivas y prebendas del gobierno.
Como suele ocurrir en cada elección que pierde la oposición, la primera reacción es la de cantar fraude para explicar unos resultados electorales que contradicen lo vaticinado por las encuestas. Cantar un fraude que luego no se demuestra siempre ha sido la explicación más fácil y cómoda del perdedor.
El fraude como alteración de los votos realmente emitidos solo es demostrable si se comprueban delitos electorales y recurrentes inconsistencias entre las actas de mesas y centro de votación, en una escala suficiente para cambiar los resultados. Por lo tanto, sí se va a cantar fraude, las denuncias deben venir con la sustanciación correspondiente de la irregularidad detectada.
En caso de que exista fraude, este se puede demostrar al comparar las actas de cada mesa con los resultados oficiales. Pero -salvo en el caso del estado Bolívar-, no hay indicios de fraude en el sentido tradicional del concepto, es decir, como robo o alteración de los votos. Los expertos de la MUD que participaron en el proceso de verificación y control reconocen que es imposible que un sistema electoral auditado 14 veces permita modificar los votos. Ellos mismos descartan la posibilidad de fraude en el proceso de votación, conteo de votos y transmisión de los datos al centro de totalización.
En consecuencia, la posibilidad de fraude la reduce a las actas manuales y es allí donde el trabajo de auditoría se debe concentrar.
Las auditorías avaladas por los técnicos de la MUD lo que confirman es que los votos del GPP-PSUV que se transmiten por la vía de las actas automatizadas son reales. Otra cosa es la reciente duda que ha surgido en el estado Bolívar con las actas manuales que presuntamente fueron alteradas para favorecer al candidato oficialista que finalmente fue proclamado como vencedor. Además de la fortaleza tecnológica en el acto de votación y transmisión de datos, resulta muy riesgoso y poco probable que se pueda cometer fraude en mesas con testigos que vigilan, cuidan y firman lo que finalmente se asienta en el acta.
Por eso, comprobar el fraude es una tarea fácil si se dispone de todas las actas para constatar los resultados oficialmente anunciados. De modo que, en 22 de los 23 estados, los resultados anunciados reflejan los votos realmente emitidos por los electores. ¿Cuánto más podrá sostener la MUD las denuncias de fraude si las actas recibidas y suscritas son consistentes con los resultados anunciados oficialmente?
No hubo fraude pero si ventajismo y abuso de poder
En lugar de denunciar un fraude generalizado que le resultará difícil de demostrar, el reto de la ciudadanía opositora en denunciar el ventajismo y abuso de poder que incidieron en el resultado electoral. Está a la vista el ventajismo oficialista y el abuso de poder. Desde el retraso en la convocatoria hasta el cambio de la fecha anunciada, pasando por la inhabilitación de candidatos, la negativa a actualizar el tarjetón y los cambios de última hora en los centros electorales, son parte de las maniobras de las que el oficialismo se valió para crear confusión y desanimar al electorado opositor.
El fin último del gobierno es aferrarse al poder a cualquier precio. Para sacar ventaja abusa de los recursos públicos y manipula las instituciones y reglas. Y lo hace sin el menor escrúpulo.
Entre las maniobras desplegadas por el gobierno para sacar ventaja en la contienda electoral se pueden mencionar las siguientes:
Leer mas: http://elestimulo.com/blog/causas-que-explican-el-inesperado-resultado-electoral/
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