El Gran Timonel Mao Zedong, de cuyo pensamiento queda poco y nada en la China actual, aunque su imagen cuelgue en la entrada de la Ciudad Prohibida en pleno centro de Beijing, decía que se debía tener fe en el partido y las masas, de lo contrario, no se lograría nada.
Y una invitación a tener fe en el Partido Comunista de China (PCCh) es la que lanzó esta semana el Viceprimer Ministro, Zhang Gaoli, en una audiencia en un majestuoso salón del Gran Palacio del Pueblo, ante directores de medios, subdirectores y editores de más de 120 países de todos los continentes.
De cara al décimo noveno congreso del PCCh, que se celebrará en octubre, la invitación no solo concierne a sus 85 millones de camaradas registrados, ni a sus 1.300 millones de compatriotas. Porque el rumbo que decida la segunda economía del mundo afectará a todos.
"El desarrollo chino en los próximos cinco años será esplendoroso", dijo un optimista Zhang después de reconocer la atención que depara el cónclave, donde entre otras cosas, se prevé que se valide el liderazgo del Presidente Xi Jinping por cinco años más, se eleven probablemente sus pensamientos a rango constitucional, se renueve parte de la cúpula gobernante con sus cercanos y se profundice la estrategia de desarrollo actual.
"El crecimiento económico chino, rápido o lento, juega un papel muy importante en el mundo", añadió la autoridad, quien a continuación enumeró, sin consultar papeles, una serie de cifras, en una de esas pocas oportunidades que se dan para escuchar de primera mano y a unos escasos metros las definiciones de un alto dirigente chino y a las cuales el "El Mercurio" tuvo acceso.
El Viceprimer Ministro sostuvo que el crecimiento de la economía fue del 6,9% el primer semestre, "mejor de lo esperado", mientras que los servicios ya representan el 54% de los sectores productivos, y el desempleo se encuentra en alrededor de 5%. Todos estos indicadores son los que permiten pensar que podrán sacar a 40 millones de la pobreza de aquí a 2025 (¡ocho años!).
Si se mantiene esa tasa de crecimiento, según el funcionario, será también suficiente para seguir avanzando en el objetivo de llevar al país al desarrollo y continuar aportando un 30% al crecimiento mundial total.
Pero Zhang reconoció que en la reconversión de la economía local hacia la demanda interna y las energías no contaminantes, habrá que seguir promoviendo cambios sin perder estabilidad.
Por ejemplo, aseguró que "han podido resolver el exceso de productividad" en sectores que se desarrollaron demasiado rápido", como las industrias del carbón -clave para la generación de energía- y del acero -clave para la construcción-. Por eso, ratificó que habrá una baja en la producción de ambos commodities , lo que incluirá cierres de proyectos ineficientes.
También garantizó que se seguirá poniendo "atención" a la calidad de los servicios para, por ejemplo, aprovechar el turismo interno, que hoy mueve a cientos de millones de personas.
Sobre las empresas , los conceptos fueron "innovación", "tecnología" y "mejor ambiente para los inversionistas", en un escenario donde se desarrollen muchas ciudades y no solo las que están en las costas exportadoras, como Guangdong, Shenzheng o Shanghai.
Aunque no lo mencionó, dio la impresión de que su país hoy mira más a un modelo de desarrollo tipo alemán que a uno estadounidense, ya que Alemania combina hoy hubs económicos muy robustos -basados en varias ciudades a la vez-, con infraestructura de clase mundial, exportaciones con cada vez mayor valor agregado y políticas con orientación social.
En una prueba más de que el defensor de la globalización parece ser hoy China, por sobre un Estados Unidos, que de la mano de Donald Trump ha cuestionado acuerdos comerciales con aliados como Canadá, Corea del Sur y México, mientras hizo un desplante al Pacífico al arrojar el TPP al tarro de la basura, Zhang sostuvo que China está consciente de que debe seguir haciendo "frente a la debilidad económica internacional y desafíos proteccionistas".
"Vamos a persistir en la estrategia de beneficio mutuo y promover la globalización para que sea más inclusiva", dijo un enfático Viceprimer Ministro.
El funcionario es uno de los alfiles en la defensa del libre comercio mundial, puesto que está a cargo de implementar la Iniciativa de la Franja y Ruta, el billonario proyecto de infraestructura lanzado por China para interconectar Asia, Europa y África.
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