El Presidente Nicolás Maduro pidió investigar los "extraños" hechos que dejaron cerca de 20 personas heridas.
Unos 200 presuntos seguidores del Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, encapuchados y armados con fierros, palos y otros objetos contundentes, tomaron por asalto ayer la Asamblea Nacional (Parlamento), de mayoría opositora. Durante nueve horas de asedio, fueron agredidos legisladores, periodistas y empleados, quedando cerca de 20 heridos
El ataque ocurrió en medio de una sesión solemne en conmemoración del 206º aniversario de la independencia del país, en momentos en que Venezuela vive una intensa ola de protestas opositoras que han dejado más de 90 muertos y cuando Maduro intenta realizar una Asamblea Constituyente para disolver el Parlamento.
El asalto fue perpetrado horas después de que el gobierno realizara un sorpresivo acto en la sede del Parlamento, en el que el Vicepresidente, Tareck El Aissami, hizo un llamado "al pueblo de a pie" a acudir a la Asamblea Nacional. La oposición consideró que el acto fue una "provocación".
Según los diputados opositores, poco después la Guardia Nacional Bolivariana liberó la zona para que los colectivos chavistas asaltaran la Asamblea Nacional. Al menos tres personas portaban armas de fuego y varios atacantes gritaban "¡no van a salir, van a tener que comerse las alfombras!".
Varios legisladores intentaron bloquear las puertas con sillas y activaron extintores de incendio para distraer a los encapuchados, que calificaron a los opositores de "traidores".
Pese a sus esfuerzos, los diputados opositores Armando Armas, Américo De Grazia, José Regnault, Luis Carlos Padilla, Luis Stefanelli, Richard Blanco y Franco Casella resultaron gravemente heridos. Las paredes de la sede del Poder Legislativo quedaron manchadas de sangre, y los atacantes obligaron a periodistas a bajar sus cámaras.
Varios parlamentarios ya habían sido agredidos el año pasado por presuntos oficialistas tras haber acudido a la sede del Consejo Nacional Electoral para exigir el inicio de la validación de 1,8 millones de firmas que recolectaron a favor del referendo revocatorio del mandato de Maduro.
"Estuvimos horas y horas encerrados, asediados por violentos colectivos paramilitares que lanzaban hacia nosotros todo tipo de armas hechizas (...), sus intenciones eran claramente asesinar a legisladores", relató telefónicamente a "El Mercurio" el diputado opositor Luis Florido, quien calificó el ataque de "bárbaro y salvaje".
Pese a lo ocurrido, los congresistas aprobaron la realización de una consulta popular para ratificar o rechazar la Asamblea Constituyente. "Esa es la mayor demostración de que los diputados estamos aquí, dispuestos a defender a nuestra Asamblea, y no hay forma de evitar que sigamos trabajando. Vamos a resistir y vamos a luchar hasta que logremos libertar a la República", dijo Florido.
El Presidente Maduro, quien condenó el incidente, sostuvo que no acepta "violencia de nadie" y pidió que se investiguen los hechos, que calificó de "extraños". El ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, también condenó el ataque a través de Twitter.
El Ministerio Público anunció vía Twitter que la Fiscalía 106 será la encargada de investigar los hechos. Por su parte, el defensor del Pueblo, Tarek William Saab, señaló en la misma red social que la institución que dirige participará de la investigación, con el fin de "determinar la responsabilidad de los culpables". El líder de la Asamblea Nacional, Julio Borges, advirtió a Maduro que "no se equivoque: representamos a todo el pueblo venezolano y haremos valer los derechos", y dijo que el gobierno "que hace lo que hizo con su Parlamento es un gobierno débil, es un gobierno caído, es un gobierno cobarde".
El ataque al Congreso generó repercusión internacional.
Chile condenó los actos violentos y llamó a abrir con urgencia un diálogo "creíble" entre ambas partes, informó un comunicado de la Cancillería.
Los países del Mercosur, en tanto, difundieron un comunicado conjunto en el que "exhortaron" al gobierno venezolano a "poner fin inmediatamente a todo discurso y acciones que incentiven una mayor polarización, con el consecuente crecimiento de la violencia".
EE.UU. condenó el violento ataque, que llamó "un asalto inaceptable a los principios democráticos", según un comunicado del Departamento de Estado.
El secretario general de la OEA, Luis Almagro, también se refirió a lo ocurrido y aseguró que Maduro "nuevamente eligió el camino de la violencia para silenciar a la disidencia política".
Chile condenó la violencia en Venezuela e hizo un llamado a "respetar a todas las instituciones" del país.
http://diario.elmercurio.com/






No hay comentarios.:
Publicar un comentario