Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

lunes, 24 de julio de 2017

Ángel Lombardi: Una revolución reaccionaria

La historia no se repite, pero el hombre siempre se repite a sí mismo, escribía Tucídides; especialmente en la historia política, escenario privilegiado de los intereses y las ambiciones, la lucha por el poder, como magistralmente lo vio y lo describió Maquiavelo.

En Venezuela, los últimos años han sido abundantes en locuras y confusiones, desde una democracia declinante o democracia boba hasta una revolución reaccionaria que se hizo para oprimir y establecer una nueva hegemonía, en términos de Marx diríamos, una nueva burguesía.

Estas llamadas crisis políticas son cíclicas, básicamente expresan un reacomodo de élites y siempre con el sacrificio de la mayoría.

La corrupción fue y es la marca dominante del sistema, así como la ineficiencia y la incompetencia tienden a calificar a nuestros gobiernos.

En un país petrolero, como el nuestro, la llamada primitiva acumulación capitalista no fue y no es otra cosa que la apropiación de la renta petrolera por una minoría dominante, siempre cercana o asociada a los partidos gobernantes. En todo nuestro siglo petrolero siempre ha sido así, en términos gráficos se puede hablar de los ricos que produjo el gobierno de Juan Vicente Gómez y sus herederos Lopez, Medina y Pérez Jimenez. Igualmente están lo ricos surgidos de los gobiernos de AD y COPEI, así como los ricos del chavismo. Esta apropiación brutal de los recursos del país casi siempre ha sido acompañada por la demagogia y el populismo y el militarismo que no termina de desaparecer de nuestra historia

1998-2016: “Una revolución” reaccionaria

La Historia es impredecible y llena de sorpresas, Hegel hablaba de las ironías de la historia, otros autores destacan los pequeños detalles que desencadenan importantes acontecimientos y Gian Battista Vico hablaba de ciclos pendulares “corsi e ricorsi”. Como sea, la Historia no es predecible, y para Kant predecir es de necios, racionalmente solo es posible una sabiduría retrospectiva, conocemos y comprendemos realmente cuando las cosas ya han ocurrido y es por ello este intento teórico de tratar de entender estas últimas tres décadas de historia nacional.

Particularmente intensa ha sido nuestra historia reciente, desde la candidatura exitosa de Chávez y su ascenso al gobierno, tan llena de palabras y violencias, en donde la ilusión se vendió como esperanza y la ambición y la codicia se disimularon con buenas intenciones. En lenguaje de Marx podemos decir que esta fue una revolución reaccionaria, que predicó un futuro que ya era pasado y secuestró el nombre de unos antepasados, particularmente Bolívar, para hacerse con el poder y legitimarse y perpetuarse en él.

Dice Marx, en su ensayo “El 18 brumario de Luis Bonaparte”: “En aquellas revoluciones, la resurrección de los muertos servía, pues, para glorificar las nuevas luchas… hasta el aventurero que esconde sus vulgares y repugnantes rasgos bajo la férrea mascarilla mortuoria de Napoleón. Todo un pueblo que creía haberse dado un impulso acelerado por medio de una revolución, se encuentra de pronto retrotraído a una época fenecida”.

Acaso no ha sido así en Cuba y la mascarilla mortuoria no fue otra que la de Martí. Acaso no ha sido así entre nosotros y la mascarilla mortuoria fue la de Bolívar y en Argentina fue Evita y Perón, y en Nicaragua, Sandino, y aquí después de Bolívar, Simón Rodríguez, Zamora y Miranda, muerto Chávez, el propio difunto. Genealogías macabras y necrofílicas del poder en sociedades en donde el chamanismo, brujos y santeros de una u otra manera aparecen vinculados al poder.

La revolución en la mitología política de la modernidad es una pretensión declarada de re-inventar el futuro, mientras en realidad lo que hacen es re-crear el siempre latente despotismo en el gobierno de los seres humanos y en la modernidad muchas veces lo logra legitimado por la vía electoral y el apoyo popular, los ejemplos sobran, Musollini, Hitler, Perón, y entre nosotros, Chávez, y se utiliza el derecho fundacional y absoluto de la constituyente como acto político original y sacralizador por excelencia del poder.

En nuestra débil tradición constitucionalista, la constituyente ha sido una constante recurrente para legitimar el acceso al poder de los nuevos asaltantes. Monagas, que pedía una constitución a la medida y tantos otros que convirtieron el constitucionalismo nacional en un celestinaje permanente.

La constituyente de 1999 terminó siendo un fraude porque la manipulación electoral permitió crear una mayoría aplastante monocolor y servil frente al amo del momento. Lamentablemente la primera comisión presidencial constituyente de trece miembros (de la cual formé parte), realmente pluralista no pasó de unas reuniones preliminares con el presidente electo y que nunca fue oficializada en Gaceta, lo que indica que desde el primer momento el aspirante a caudillo no se sentía cómodo con personas de criterio propio y visión plural de la realidad nacional.

Leer mas: http://angellombardi.blogspot.com/2017/07/una-revolucion-reaccionaria.html

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