Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

viernes, 21 de abril de 2017

Albersidades Los alegres “opositores”, Peter Albers

El miércoles concurrimos a la concentración que había sido convocada por los dirigentes de la MUD. El punto de encuentro en nuestra zona estaba muy nutrido. Gente de todas las edades, clases sociales y medios de locomoción: pies, sillas de ruedas, motos. Pero el ambiente no era el de gente disgustada, hastiada de la mala situación por la que atravesamos, desesperada por el hambre y la falta de medicinas. Saludos cariñosos entre los que se conocían, gestos de camaradería entre los que no. Chistes, risas, comentarios picantes entre los más jóvenes, escarceos amorosos, flirteos. Los más viejos contaban sobre el país a donde habían viajado sus hijos y qué estaban haciendo tan lejos de su patria. A unos les iba mal, a otros bien. Consecuencias de la emigración.

Iniciada la marcha hacia la Defensoría del Pueblo, la masa ocupaba todo lo ancho de la espaciosa avenida en una longitud de unas tres cuadras. Tras caminar un largo trecho llegamos a la sucursal regional de la oficina que dirige nacionalmente desde el twitter y el “guasac” (así escribió “Whatsapp” el día que notificó que se lo habían “hackeado”) el hombre que, a todas luces, se ocupa más de su físico que de su trabajo. La concentración era enorme; quienes tenían la información la extendían desde El Viñedo hasta la Avenida Lara; es decir, a todo lo largo y ancho de las Avenidas Andrés Eloy Blanco y Fernando Figueredo. Unos 4 kilómetros. En la “defensoría del pueblo”, según anunciaron, se cumplió el objetivo: entrar en el inmueble y, supongo, entregar algún documento. La verdad es que muchos de los concurrentes no se mostraron muy interesados en conocer la naturaleza del objetivo. El de ellos era llegar hasta allí, tomarse unas fotos, pantallear sus banderas, gorras y atuendos “antichavistas” y regresar a sus casas, contentos de haber cumplido lo que consideraban su deber. Con eso, Maduro y sus secuaces saldrían corriendo a La Carlota. Otros, menos conformes, comenzaron a proponer, a voz en cuello, “seguir para la autopista”.

Inmediatamente los que fungían de dirigentes comenzaron a regar la voz: “Mañana volvemos a salir”. A lo mismo: a tomarse “selfies”, a recrear la vista con mujeres hermosas ellos, a suspirar por los jóvenes adonis ellas. Y a planear dónde sería la ardua labor de refrescar las gargantas con unas cervezas frías.

Circuló por las redes un vídeo, donde una chica residente en Miami, sollozando, contaba la “manifestación” de los venezolanos allá residentes. Según ella, la dirigente del movimiento invitaba a los asistentes a hacer olas, mientras éstos se tomaban “selfies” y se admiraban mutuamente las “pintas”. Como en una feria.

Es verdad que hay compatriotas que han asumido la lucha como se debe: exponiendo la vida hasta perderla a manos de las ilegales bandas armadas. Pero, si no vamos a tomar las calles con ese espíritu de sacrificio, mejor nos quedamos cómodamente viendo por la TV cómo matan a los otros. O tomando vídeos desde la ventana segura de un apartamento, para que los demás, pegados del “guasac”, insulten a distancia a los asesinos y a quienes los azuzan. Así si es cómodo hacer oposición. Resultan redundantes y fastidiosos los innumerables vídeos, tomados desde las ventanas de los altos apartamentos, mostrando la magnitud de la concurrencia a las marchas. Con uno bastaba: el de los que cruzaban el Guaire, impotentes ante la desmedida violencia de los que nos acusan de violentos.

Sigamos el ejemplo de esa minoría que sí arriesga su vida, o nunca nos tomarán en serio.

peterkalbers@yahoo.com

@peterkalbers

http://www.notitarde.com/

No hay comentarios.:

Publicar un comentario