Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

lunes, 24 de octubre de 2016

¡La impaciencia! - Neuro J. Villalobos Rincón / Exrector de LUZ


“Las virtudes están en una especie de justo término medio entre el exceso y el defecto”. Aristóteles

La experiencia nos da un conocimiento más útil que la impaciencia, nos dijo Platón en sus famosos diálogos. Aunque hay quienes dicen que su experiencia los lleva a concluir que en los tiempos modernos la experiencia no les sirve para nada. Lo cierto es, que la impaciencia no es buena consejera. El régimen acciona y la MUD reacciona. El régimen impone su unidad de mando y la MUD reacciona de múltiples maneras. Y el pueblo se impacienta.

La AN, donde están representados los diversos factores y actores políticos del país, quienes tienen una mayoría suficiente para fijar cursos de acción, sigue actuando de manera defensiva, como si fuera la minoría. Lo está haciendo bien institucionalmente hablando, pero debe pasar a la ofensiva políticamente, con una estrategia definida y consensuada, que no se haga pública, por razones obvias, pero que se perciba su avance, porque el pueblo se impacienta.

Los gobernadores y alcaldes en ejercicio, que son la expresión de la voluntad política regional, no deben seguir actuando de manera personal. Es necesario acordarse política y unitariamente para defenderse con fuerza de los embates y atropellos del régimen y poder ofrecer mayores beneficios a sus comunidades porque éstas, también se resienten y se impacientan.

En las actuales circunstancias, los gobernadores y alcaldes que confluyen en la MUD son duramente criticados por aprobar el presupuesto nacional del año 2017, el cual de forma y de fondo es objetable legalmente y de consecuencias económicas impredecibles. Pero, el gobierno astutamente amenaza con no entregar recursos a aquellos que no manifiesten su acuerdo, porque saben y no les importa, que son miles de familias que dependen de las nóminas de gobernaciones y alcaldías que están en niveles de subsistencia con sus salarios en lucha desigual con la inflación. Igual suerte correrían los programas sociales que se usan para paliar las crisis de muchas comunidades. Un pueblo en esas condiciones es explosivamente mortal. Sin embargo, hay quienes creen que a veces el exceso de prudencia es cobardía.

Hay quienes invocan firmeza en los principios, pero, no hay en estos momentos, un ideal de patria en la población que los apuntale. En muchos políticos prevalece la impaciencia por llegar al poder y sin proponérselo, con sus acciones, se alejan más de él porque el pueblo está impaciente por un cambio. En otros sectores, la angustia por la pérdida de poder es mayor que la impaciencia de los que aspiran lograrlo. A veces es tan malo ir demasiado lejos como también lo es no hacer lo suficiente.

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