Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

lunes, 30 de mayo de 2016

Otra visión - Neuro J. Villalobos Rincón / Exrector de LUZ


“Hay otro ojo más poderoso y profundo que ese conque miramos los paisajes y es el de la inteligencia humana”. Copérnico.

La situación de Venezuela es muy compleja. En ella intervienen muchos factores históricos, ideológicos, socioculturales, económicos y morales. Lo que ha estado en permanente enfrentamiento en el pasado reciente y en el presente, son dos visiones antagónicas acerca del rol del Estado, la sociedad y el individuo. El centro de la disputa es el derecho de propiedad. Cualquier forma de organización social está orientada por este concepto; su definición ha llevado a largas e inconclusas discusiones filosóficas. Particularmente creo en una sociedad donde el ciudadano sea más importante que el Estado y que la propiedad se asuma como un derecho natural como lo es la vida y la libertad humana.

A este régimen hay que desenmascararlo; no lo ha animado ni lo anima la construcción de una sociedad socialista como las hemos conocido en sus distintas variantes. Ha sido simplemente un señuelo para ocultar las verdaderas intenciones delincuenciales con una enorme carga de odio y de resentimiento. No hay señales éticas ni de promoción de valores en sus acciones y ejecutorias. Ni siquiera una pizca de sensibilidad social en el trato a sus adversarios. De nada sirvió tener el apoyo de más del 80 por ciento de la población, ni el aporte providencial de más de un billón de dólares para edificar las bases de una sociedad socialista. No se logró avanzar ni en el estado de bienestar de la población ni en la creación de una conciencia social. Todo lo contrario, el país se encuentra sumergido en una situación calamitosa, con un derrumbe moral y material impresionante. Hoy nuestra dignidad como venezolanos está muy disminuida. Somos una vergüenza mundial; damos lástima. Sin embargo, estamos decididos a cambiar y lo estamos logrando.

En esta lucha desigual debemos resaltar nuestro espíritu de resistencia. Con todas las condiciones políticas y económicas en contra, no hemos permitido que se imponga esa visión de hamponato político. Se han cocinado en su voraz rapiña. Ya el engaño y la mentira no tienen eco ni siquiera en su menguada militancia. Ya nadie les cree ni le temen a sus posturas de generales ofendidos. En el ambiente se observan los vapores de la ebullición social.

La gente ansía otra visión y otros actores políticos que calmen su hambre y su sed, sobre todo, su sed de justicia. Que se despejen las incertidumbres y se facilite el reencuentro de los seres queridos. Que se ilumine el horizonte para todos los venezolanos. Para que volvamos a tener patria y ayudar en su reconstrucción. Para vivir decentemente y para que la política se ejerza de igual manera. Para rescatar nuestra dignidad y el orgullo de nuestro gentilicio. Para asegurar un futuro de bienestar y prosperidad. Para que nuestro espíritu pueda elevarse hacia lo trascendental y se fortalezca nuestra fe en Dios. Esa es otra visión. Una visión profundamente humanista.

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