El politólogo Ricardo Sucre explicó la inconveniencia de implementar una combinación de las opciones. “Cada mecanismo depende de una gran capacidad organizativa, de un gran músculo político, un gran equipo y respaldo social. Todos son muy exigentes y la MUD debe establecer qué es lo primero y articular sus recursos en función de eso (…) La estructura de los comandos regionales ya debería estar desarrollada porque toda esta organización supone mucho tiempo”, manifestó.
Aunque la Mesa de la Unidad argumentó que su estrategia busca minimizar cualquier intento de “bloqueo” por parte del Ejecutivo y por eso plantean la posibilidad de aplicar un todo, el analista señaló que esto puede confundir o distraer a la gente.
El politólogo Piero Trepiccione coincide en que la definición de un solo mecanismo tiene mayor impacto en la atención del ciudadano, por lo que el principal reto de la oposición es lograr una comunicación efectiva que explique el alcance y el por qué de la activación simultánea de estos mecanismos.
Un segundo reto es el establecimiento de puentes con el Gobierno. “La Hoja de Ruta requiere tender puentes con factores del Gobierno, con mucha más fuerza, porque si no tienes un mínimo entendimiento se dificulta el desarrollo de esta estrategia”, dijo.
Ambos expertos subrayan que la sociedad debe involucrarse. “El respaldo popular es necesario para que las instituciones no cedan a presiones políticas”, afirmó Trepiccione.
¿Y el 350 constitucional?
La MUD también invoca el artículo 350 de la Constitución que habla del desconocimiento de cualquier régimen, legislación o autoridad “que contraríe los valores, principios y garantías democráticas o menoscabe los derechos humanos” cuando habla de “calentar” las calles para pedir la renuncia del Presidente.350constitucional
“La oposición debe evaluar la fuerza que tiene para desplazar al Gobierno si piensa aplicar este artículo. ¿Tiene elementos dentro de la FANB dispuestos a sublevarse?, tienen suficiente músculo político y fuerza?”, manifestó Sucre.
Trepiccione advierte del riesgo de que se produzcan eventos violentos cuando se convoque movilizaciones de calle. “Calentar la calle, tratar de concentrar la atención de la ciudadanía es algo primario para lograr una solución económica y política, pero también es riesgoso porque puede ser usado por factores externos para generar violencia que faciliten respuestas institucionales del Gobierno. Tienen que ser muy cuidadosos”, concluyó.
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