Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

sábado, 13 de septiembre de 2014

¿Quién le teme al ébola venezolano? CRISTINA GONZÁLEZ / JUAN JOSÉ FARÍA

Autoridades de la Universidad de Texas informaron en 2013 sobre la desaparición de una muestra del virus Guanarito dentro de sus instalaciones. Foto: FoxNews

Aunque menos letal, no es exagerado comparar al virus Guanarito con su primo africano: produce fiebre y la muerte con una caótica hemorragia interna. En estos días se cumple un cuarto de siglo de su descubrimiento en los Llanos de Portuguesa. Durante los últimos seis años ha matado, en silencio, a 40 personas. La indolencia de las autoridades sanitarias y el desconocimiento de la población local podrían estar favoreciendo un futuro brote.

El Guanarito mata en siete días. Su potente replicación viral inflama los tejidos del organismo y provoca una hemorragia interna que sale al exterior a través de todos los orificios del cuerpo. Todos.

Así fue como Delvia Guerra vio morir a su hijo de 17 años: defecando, vomitando, sudando y llorando sangre en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Doctor Miguel Oráa, de Guanare, la rural y silenciosa capital del estado Portuguesa. Fue en septiembre de 2002 y aún Delvia dice, por equívoco, que su hijo murió de dengue hemorrágico. Desconoce que se trata de un virus netamente venezolano, que existe solo en los estados de los Llanos Occidentales del país y al que los científicos internacionales investigan con tanta cautela como interés pueden sentir por él los organizaciones terroristas que intentan disponer de armas biológicas de destrucción masiva. El motivo para ambos grupos es simple: el Guanarito es tan fiero, y casi tan letal, como el ébola, que por estos días asuela el oeste de África.

Lewis Lenín Silva Guerra, el hijo de Delvia, fue una de las 23 personas fallecidas ese año a causa de esta, la Fiebre Hemorrágica Venezolana. Desde su deceso en 2002 y hasta el mes de julio de 2014, han fallecido desangradas al menos 98 personas en el país, casi todas ellas en los estados Portuguesa y Barinas.

El virus causante de la enfermedad se llama Guanarito porque se descubrió en 1989 en el municipio llanero del mismo nombre después de que litros de sangre mancharan el piso del hospital Oráa. Más de cien personas murieron ante la impotencia de decenas de especialistas, epidemiólogos que se llevaban las manos a la cabeza mientras trataban la enfermedad en vano como si fuera un dengue. Pero hoy, a 25 años de esos terribles episodios, en esa población de 42.000 habitantes y tres parroquias le temen más a El Silbón, un espanto del folklore local, que a la fiebre. José Tovar -un técnico agropecuario de la población-, por ejemplo, frunció el ceño cuando se le preguntó sobre el virus. No sabía de la enfermedad, pero sí podía dar fe de que el espanto nacional por excelencia existía y que él mismo, con sus propios oídos, lo había escuchado.

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