Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

lunes, 5 de agosto de 2013

Guerra a la nación wayuu colombo-venezolana

Convertir la actividad del contrabando en un "delito" es en la práctica decretar la muerte de la península de la guajira y decretar la "guerra" a la nación Wayuu colombo-venezolana. El gobierno de Colombia y el Venezolano en especial el gobernador del Zulia deben explicar muy bien las medidas que se van a instrumentar.

La Guajira es una de las más septentrionales de las penínsulas americanas, situada entre el extremo nororiental de Colombia y el extremo noroccidental de Venezuela. Tiene una superficie cercana a los 25.000 km² extendiéndose desde la bahía de Manaure, en el mar Caribe, hasta la ensenada de El Calabozo, en el golfo de Venezuela. Políticamente su mayor parte pertenece al departamento colombiano de La Guajira y una estrecha banda costera al sur pertenece al estado venezolano de Zulia.

Ésta es una frontera de mestizaje, el intercambio económico hace de estas tierras una de las frontera más activa en la región zuliana y es el contrabando una  de las actividades más importante practicada por muchos años, por la población nativa y foránea de esta península. Todos esos años fue una frontera relativamente tranquila, pero es a partir de el gobierno del presidente Chavez y el presidente Uribe con sus famosos acuerdos de venta de gasolina a las cooperativas wayuu, se acabó la paz en la península. Los entuertos que esos acuerdos trajeron no fueron corregidos por los gobiernos, sino todo lo contrario, se agravaron los abusos y los desmanes de las autoridades que tienen la responsabilidad de la custodia de dicha frontera, de  los contrabandistas ( los que quedaron fuera) y las cooperativas que participaron en el reparto de la gasolina; y según muchas publicaciones de la zona, también participaron las FARC y las AU de Colombia.     

Según información de prensa este 20 de agosto, desde Maracaibo, se fijarán las pautas a seguir en los acuerdos binacionales de Colombia y Venezuela para frenar el contrabando, tras la reunión de los cancilleres María Ángela Holguín y Elías Jaua. El plan de inteligencia y fiscalización contra ese flagelo tiene un punto de coincidencia: castigar el delito.

Contrabando es la entrada, la salida y venta clandestina de mercancías prohibidas o sometidas a derechos en los que se defrauda a las autoridades locales. También se puede entender como la compra o venta de mercancías evadiendo los aranceles, es decir evadiendo los impuestos. Frente a esto, lo mas lógico seria cobrar los aranceles a esos productos y confiscar las mercancías prohibidas, cosa que evidentemente las autoridades de los dos países no son capaces de hacer y en el medio quedan los Wayuu como siempre, como los únicos culpables.

Gustavo Guillen


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