Algún rayo de esperanza brilla en nosotros cuando vemos que si trabajamos arduamente para llegar a una meta, los resultados positivos se pueden alcanzar
Ante tantas malas noticias alivia nuestra atribulada cotidianidad ver cómo algunos compatriotas triunfan en el competitivo escenario del deporte mundial. Ya sea el histórico triunfo de Pastor Maldonado en la competencia de Fórmula Uno, el buen resultado de Jonathan Vegas en el importante torneo de golf the players, o la actuación de las voleibolistas criollas. Y todos estamos, por supuesto, ligando la clasificación de la Vinotinto para el mundial del 2014.
¿Es esto parte de la necesidad que todos tenemos de distraernos con el espectáculo cuando la realidad nos abruma? ¿Sirven acaso estas buenas nuevas para hacernos olvidar por un rato los secuestros y lo que ocurre en el retén de La Planta?.
Ciertamente no, sin embargo, algún rayo de esperanza brilla en nosotros cuando vemos que si trabajamos arduamente para llegar a una meta, los resultados positivos se pueden alcanzar. Esos ejemplos pueden ser un motivo de reflexión para luchar por un cambio que nos permita ser mejores en todos los renglones de la vida.
La esperanza de que si trabajamos con dedicación podremos lograr lo que hoy nos parece imposible de alcanzar . Ese cambio se logrará si erradicamos la confrontación estéril, le ponemos de verdad un parao a la violencia y hacemos de la inclusión un norte que nos guíe.
Por eso estamos convencidos que la fórmula Capriles es, hoy en día, la mejor salida para enrumbar al país en una serie de pequeñas pero importantísimas victorias contra la baja calidad de la educación el desempleo y la inseguridad. Seguirán otras tareas no menos importantes pero lo fundamental será convencer a todos de que se abre un camino para la victoria.
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