La Zulianidad configura un sentimiento arraigado en cada zuliano, además de la identidad cultural, emocional y espiritual.
El 28 de enero de 1821 Francisco Delgado, gobernador de la Provincia de Maracaibo, declaró la independencia de España, constituyendo este acto la primera gran decisión política tomada autonómamente por el pueblo del Zulia.
En 1990 el entonces gobernador Oswaldo Álvarez Paz, organizó a nivel del Zulia un concurso que permitió dotar de bandera al Zulia, diseño de José Antonio Urdaneta, y un 28 de enero de 1991 se enarboló por primera vez.
Para realzar la importancia de este día, en el 2002 el gobernador del Zulia para la fecha Manuel Rosales, decretó el 28 de enero Día de la Zulianidad, ratificado en el año 2006 como la Semana de la Zulianidad.
Nadie puede negar esa manifestación suprema que es el sentir del zuliano y maracaibero, unos nacidos en esta tierra y otros que la acogieron como suya, como lo es la Zulianidad.
Ella procede de lo más profundo de nuestra historia al integrarse como sociedad organizada producto del crisol de razas, de lo cual habló nuestro Libertador Simón Bolívar.
La Zulianidad es todo el conjunto de tradiciones, costumbres, valores, idiosincrasia, todo ello expresado en el voseo maracucho; en las danzas, contradanzas, gaitas, como expresiones musicales autóctonas de nuestra región, en las poesías y narraciones vernáculas. Es la impronta dejada por nuestros personajes de los diferentes quehaceres de la sociedad. La personalidad abierta del hombre y de la mujer de esta tierra.
La profesión de fe por la Virgen de Chiquinquirá como expresión religiosa de la mayoría, forma parte también de esos valores de la Zulianidad. Las particularidades de la historia del Zulia. La gastronomía propia del Zulia.
La Zulianidad configura un sentimiento arraigado en cada zuliano, además de la identidad cultural, emocional y espiritual. Como lo expresa el doctor Ángel Lombardi:
"El Lago es el alma de la Zulianidad, ya que es un paisaje visible todo el tiempo, es la expresión y muestra tangible de lo emocional, cultural y espiritual de acá. Contemplar el Lago es una de sus más gratas y permanentes experiencias, porque &39;es un anclaje vigorizador que hace falta&39;, que aunado al calor forman su estado anímico". La Verdad.com
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