Algunas emisoras de la capital, autodenominadas "juveniles", atacaron al género, pero tuvieron que claudicar. A los chamos caraqueños de la clase media o lo que queda de ella les encanta la parranda que se forma en diciembre. Integrar el grupo de gaita del colegio es entrar en la élite de la rumba, la diversión, la fiesta.
En Zulia el ritmo se escucha durante todo el año, pero desde finales de la década de los 60 los conjuntos hacen temporada en Caracas entre octubre y los primeros días de enero. "La gaita esencialmente es criticona" le escuché decir al maestro Rafael Rincón González, pero no sólo la protesta política ocupa su atención. También está la veneración a la Virgen Chiquinquirá, la exaltación de las bondades del Zulia, la descripción de la cotidianidad, la apología al bonche desenfrenado, la alegría del buen humor, la felicidad del amor correspondido, los dolores del desamor y los paisajes naturales de Venezuela.
Las letras aduladoras de los gobernantes de turno, las exclamaciones afectuosas de jalabolas sin talento, el acatamiento a las órdenes de los poderosos no forman parte de la verdadera gaita. Impostores, oportunistas y piratas han querido usurpar el género, pero no han podido porque éste resiste amparado en una tradición que se renueva cada temporada.
Según el DRAE, la palabra gaita proviene del gótico gaits que significa cabra; con el cuero de este animal es que se hacen los tambores y los furros.
La gaita zuliana tiene influencia española, africana y aborigen.
Algunos historiadores del género ubican su nacimiento en el siglo XVIII y otros en el XIX. Dentro de la gaita existen otros subgéneros: gaita perijanera, de furro, de tambora. Al ritmo se le han agregado instrumentos: bajo eléctrico, bongó, clarinete, congas, guitarras eléctricas, teclados y violines, entre otros.
El Dios de la gaita es Ricardo Aguirre "El Monumental" a quien dedicaremos la próxima columna, locutor, músico, compositor y cantante inigualable. Su muerte prematura en 1969, a los 30 años de edad y su genuina capacidad artística lo hicieron subir al altar donde suena La grey zuliana y Maracaibo marginada.
Soy caraqueño, toqué la tambora en un grupo aficionado y siempre recibo el año nuevo con gaitas. Creo, como si de un dogma se tratara, en el estribillo de La gaita zuliana, conocida también como La campeona, compuesta por Moisés Martínez e interpretada por el grupo Saladillo. "Vamos a cantar/ la gaita maracaibera/ que en el Zulia es la primera/ en música popular./ Se puede imitar,/pero no igualar./ Y sólo el zuliano/ este golpe sabe dar".
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