En el 2010 los estudiantes salieron a las calles de Venezuela alzando sus "manos blancas" contra la dictadura militar de Chávez
De Córdoba(1918) a Caracas (1928); de Madrid (1956) a San Francisco (1960); de Tlatelolco, París y Praga (1968) a Tiananmen (1989), los estudiantes han tumbado barreras infranqueables a fuerza de pedradas. Modelos universitarios caducos, dictaduras militares, regímenes comunistas totalitarios han sido enfrentados por el ímpetu estudiantil.
Dos fechas recientes nos obligan a este artículo. El recuerdo de la victoria electoral del 30 de noviembre de 1952 del antiguo presidente de la Federación de Estudiantes de Venezuela, el inolvidable Jóvito Villalba, quien enfrentó el residuo del gomecismo de la esquina de Miracielos al Palacio de Miraflores y el 21 de noviembre de 1957, Día del Estudiante, en que los jóvenes de la Universidad Católica Andrés Bello disueltos a tiros por la Seguridad Nacional de la dictadura perezjimenista, en manifestación que iba camino a la Plaza Bolívar de Caracas.
El año pasado los estudiantes salieron a las calles de Venezuela alzando sus "manos blancas" contra la dictadura militar de Hugo Chávez, esa especie de nuevo "gendarme necesario" que describiera Laureano Vallenilla Lanz. Que previendo lo que sería capaz en el 2012 de provocar un movimiento universitario con yesca, ha sugerido la creación de consejos estudiantiles, nombrados por el Gobierno para sustituir las elecciones universitarias donde el actual régimen siempre pierde, a pesar de las postergaciones ordenadas por el Tribunal Supremo de Justicia.
Los candidatos jóvenes de la Mesa de la Unidad, María Corina Machado, Pablo Pérez, Leopoldo López, Henrique Capriles y el propio Diego Arria, que siendo muy joven fue gobernador de Caracas, que en cierto modo representan una nueva generación al poder, debieran sacudirse una afasia o indecisión y convocar al estudiantado venezolano para torcer el rumbo del país.
Sería reproducir lo que aquella generación del 28 proclamara: "Para que pueda decirse mañana, en plenitud de verdad y de justicia, que fuimos nosotros, -cabeza embrionaria de la futura patria renacida...- los que fijamos una nueva generación de años, una nueva ruta moral e intelectual, un culto nuevo y una nueva razón de ser". Añadiendo ahora: contra un gobierno militarista corrompido. Julio Portillo /Historiador /La Verdad.com