Aquí no es la primera vez que en estos menesteres del activismo político se arremolinan grupos, tendencias y corrientes que ante la prepotencia de los que asumen el poder de manera hegemónica y sectaria, se atreven al acto más sublime del ser humano, y es entrar en rebeldía y disidencia contra todas aquellas talanqueras que se imponen como las únicas y exclusivas verdades absolutas de la existencia cotidiana del vivir.
Quienes sí tuvieron el coraje y la valentía estratégica de saltar a tiempo las talanqueras que en menos de 24 meses de haber llegado al poder, había impuesto a nombre del “proceso” democrático Rómulo Betancourt, fueron Domingo Alberto Rangel, Américo Martín, Gumersindo Rodríguez, Simón Sáez Mérida, Aníbal Molina, Gabriel Quintero Luzardo, Lino Martínez, Rómulo Henríquez, Héctor Pérez Marcano, Moisés Moleiro y Freddy Melo. Desavenencias estas que los llevaron a fundar el MIR insurreccional y socialista.
También y como reafirmación de su gesto libertario en medio de las luchas que se libraban en el continente, cuando el Partido Comunista de Venezuela siguiendo los mandatos originados por la guerra fría y el reparto del mundo entre la Unión Soviética y EEUU, resolvió con su paz democrática deponer las armas y claudicar ante el proceso revolucionario que convulsionaba a la América irredenta; Douglas Bravo, Alí Rodríguez, Kleber Ramírez, Francisco Prada, Argelia Melet, Armando Daza, Elegido Magolla Sibada, Julio Chirino, Doris Francia, Dimas Petit, Priscila López, Luben Petkoff y Fabricio Ojeda entre otros, decidieron desacatar la línea partidista e irrumpir contra las talanqueras que desviaban el camino iniciado por Livia Gouvernuer, el Chema Saher y Argimiro Gabaldon.
Quien paró la oreja a tiempo y resolvió saltar la talanquera en medio de una confrontación que le costó el poder al partido donde había militado desde su juventud, fue el maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa, quien junto a Jesús Ángel Paz Galarraga, Adelso González Urdaneta, Fernando Álvarez Paz, Salom Mesa Espinoza, Mario Isea, Omer Muñoz y Eustoquio Contreras, de forma premonitoria aquel 10 de Diciembre de 1967 le anunciaban al país que habían tomado el camino de la irreverencia partidista contra Acción Democrática y se constituían en el Movimiento Electoral del Pueblo (MEP), en aras de construir la democracia socialista.
De manera que aquí nadie puede equivocarse ni dejarse atrapar por las viejas seguridades y falsas lealtades a un proceso político; que si bien es cierto se inició en medio de una ruptura y salto de talanquera contra el estamento político – militar que se había perpetuado en el poder a espaldas del pueblo en los últimos cuarenta años de la vida republicana; hoy ha devenido en una grotesca caricatura de lo prometido. Vamos, saltemos las talanqueras de la corrupción, el autoritarismo, la ineficiencia y las prácticas antidemocráticas que hoy se nos pretenden imponer en nombre de un proceso, que ni es revolucionario ni socialista y mucho menos democrático.
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