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jueves, 23 de diciembre de 2010

La hallaca "bemba" es famosa en Maturín / Ernestina Herrera


Los hermanos Benitez Bastardo -Eduardo y Rafael- iniciaron hace 15 años un culto a la tradición de la cocina oriental en la calle Cumaná de Maturín. Por estos días se dedican con afán a la elaboración de las hallacas.

Las hacen bajo la dirección de Rafaela Benitez -la madre de ambos- y las llaman Bemba, un nombre que surgió de la combinación de sus apellidos.
 
En la elaboración intervienen mujeres del sector y, al día, pueden salir más de 200.

Al frente de la empresa familiar -también son célebres sus empanadas- está Rafaela Bastardo de Benítez, de 88 años de edad.

Las hallacas tienen un toque dulzón, propio de la usanza de la región que incorpora papelón al guiso, explica Rafael, el mayor de los hermanos.

La familia es oriunda de San Antonio de Capayaguar, ubicado al norte del estado Monagas. Su vida transcurría apacible entre las montañas de las Puertas de Miraflores y un día los trece hermanos decidieron mudarse a Maturín.

A ellos se suman hoy 33 nietos y 5 bisnietos. Rafaela Benitez aclara que no todos se dedicaron a la cocina, sólo Rafael y Eduardo. Sus hermanas los ayudan y están pendientes de que todo marche bien.

Sazón oriental. En una de las alas de la vieja casona, ubicada en pleno centro de Maturín, se elaboran las "bembas". Aunque ya la matrona no está al frente de los fogones, de vez en cuando se acerca a supervisar las primeras de diciembre.

Entre los comentarios y chistes de los comensales, las lugareñas comienzan la preparación de las hallacas.

El secreto del manjar está en la calidad de los ingredientes que se utilizan y la sazón. Pero además, en la magia que se siente en todo el restorán.

El guiso es una mezcla de carne de res con cochino, pimentón y cebolla, cilantro, papelón y ají dulce. A toda hallaca le colocan tocino. "Es el último detalle, el punto del sabor", revelan los hermanos.

La masa se mezcla con el caldo del pollo o de la gallina con su respectivo onoto. "Cuando se amasa hay que darle sin flojera", indican.

Por supuesto, tampoco debe faltar la cantidad necesaria de pasas, junto con la alcaparra y la aceituna.
Cuando se elabora el guiso nadie puede meter la mano "para probar", previenen.

"La hallaca sabe a hogar y a familia y aquí, en los Bemba, los maturineses vienen a compartir con nosotros la elaboración del plato navideño", manifestó Rafael Benitez.

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