El australiano, que fundó WikiLeaks, cambió las reglas de la diplomacia y el periodismo modernos.
La historia que han repetido con una mezcla de asombro y miedo periodistas, académicos y políticos de todo el mundo comenzó en 1991, en una corte australiana.
Ante el juez acudió un joven desgarbado, con el cabello largo de un tono áureo, casi blanco. Con la misma vocecita que hace de sus raras entrevistas un desafío al oído, Julian Assange -que por entonces tenía 20 años- se declaró culpable de 26 cargos de acceso ilegal a una red electrónica (Nortel) y se convirtió en el hacker más famoso de su país.
Casi 20 años después de su paso por la corte, en donde el juez elogió su "inteligente curiosidad", la fama de Assange ya no es sólo nacional. Dependiendo de quién lo describa, el australiano es hoy un héroe global de la causa por la libertad de información o una amenaza real a la seguridad nacional de países como Estados Unidos.
En repetidas oportunidades, Assange se ha descrito, en entrevistas con medios como la revista Time, como "un periodista, un editor y un inventor". Lo de inventor alude a su voto público por "crear una máquina que resuelva de una vez por todas el problema de la censura a la prensa y las trabas a quienes hacen denuncias en el mundo de la administración pública o corporativa".
En diciembre del 2006 puso a funcionar lo que para muchos es esa máquina: WikiLeaks, un sitio web dedicado a recibir, de manera segura y anónima, documentos que destapan lo que las empresas, los bancos y los gobiernos no quieren que el público sepa. Assange ha explicado que su objetivo fundamental es asegurarse de que delatores y periodistas estén protegidos contra cualquier forma de represalia legal al no ser ellos quienes obtienen la información.
'Abrimos gobiernos'
El primer artículo 'filtrado' por WikiLeaks (nombre que podría traducirse como 'WikiFugas') destapó la orden que dio un prominente líder político de Somalia para matar a varias figuras del gobierno.
En algo menos de dos años, el sitio, que opera con el lema 'We open governments' ('Abrimos gobiernos') llegó a albergar más de un millón de documentos alimentados de manera anónima por informantes de todo el mundo.
A pesar de ello, y aunque en el 2007 una de sus historias sobre la corrupción en Kenia dio lugar a una galardonada serie de informes en el diario británico The Guardian, Assange no estaba satisfecho con el tímido impacto de sus filtraciones en los grandes medios.
Pero eso cambió este año, cuando el sitio -y con él, Assange- alcanzó fama global al revelar 'Asesinato colateral', un video de casi 40 minutos en el que se aprecia cómo la tripulación de un helicóptero Apache de las tropas estadounidenses abre fuego contra un grupo de once iraquíes desarmados, entre los que se encontraban dos periodistas de la agencia Reuters.
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Wilson Vega / El Tiempo Colombia
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