Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

jueves, 14 de octubre de 2010

Dos resultados poderosos / SIMÓN GARCÍA


El 26 se demostró que gobierno sí pierde elecciones.

El ventajismo de Estado que arregló cuidadosamente las operaciones de geometría electoral para distorsionar el valor de cada voto, no pudo imponer sus cálculos. Al final fueron suficientes para desfavorecer los propósitos del gobierno. No hizo falta explicaciones.

Los hechos se anticiparon al primer boletín: suspensión de la Rueda de Prensa; ausencia del Presidente en el Balcón de Miraflores y un sonoro silencio del PSUV masticando una celebración que se les quedó fría.

Ese domingo las urnas expresaron un cambio de tendencias electorales que reflejó, todavía de forma incompleta, lo que viene ocurriendo en la calle. La mayoría del país, ya confrontada con los efectos concretos del modelo de sociedad que el gobierno se empeña en imponer, ratificó su rechazo.

Las cabriolas discursivas del Presidente intentan habilitar nuevas expectativas, agitar las emociones y restablecer una deteriorada confianzaque va rumbo a convertirse en una fractura de lealtades.

Quiebra que el radicalismo alienta.

Ahora forcejea por apropiarse de triunfos indebidamente, especialmente con un empate que daría pié a reconocer dos ganadores si se ignoraran las cifras anteriores. Es probable que los manuales de la vieja política hayan conducido al Presidente a proclamar una falsa victoria aduciendo los cargos obtenidos. Pero otro es el veredicto popular: los candidatos sin rostro quedaron fotografiados en el segundo lugar. La clara percepción colectiva sobre dónde estaba la voluntad de la mayoría, fue uno de los resultados poderosos. El pueblo votó por la normalización de las instituciones: la mayoría quiere una Asamblea Nacional con autonomía y que actúe como un factor de equilibrio frente al Ejecutivo. La gente demanda instituciones que sirvan a unos y a otros, sin discriminaciones. La campaña comprobó que se pueden defender proyectos políticos opuestos y mantener el necesario nivel de convivencia para resolver las trancas.

Fracasó la política de intimidación y la cultura del "exterminio" de las opiniones diferentes. Ese sectarismo, ese apartheid político, esas falsas construcciones del enemigo no funcionaron.

Siguieron la misma suerte del encogido portaviones.

Finalmente, se reconquistó la esperanza. Surgieron nuevas expectativas respecto a la posibilidad de lograr electoralmente en el 2012 el cambio de rumbo y de gobierno. Está naciendo una unificación del país que aspira avanzar sin regresar a la IV República ni retroceder hacia el modelo cubano.

Una lección es que la defensa del todo es hoy el camino más corto para fortalecer a los partidos. La otra es que no habrá mayoría para una sociedad con libertad y justicia sin la inclusión o la neutralidad- de sectores que hasta ahora apoyan a la cúpula que está ejerciendo el poder.


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