Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

sábado, 14 de agosto de 2010

El Bolívar que Chávez NO LEYÓ

Simón Bolívar
Hoy,  como nunca,  se habla  de Bolívar. Es elemento  clave en la retórica  presidencial. No hay  discurso, de calle o  de salón, que no  esté aderezado con  alguna descontextualizada  frase del Libertador.

El Presidente, ya por ignorancia, ya por conveniencia, omite a otro Bolívar: el Bolívar civilista, el estadista, el simple ciudadano que él siempre se sintió. Y cuando uno se acerca a ese Bolívar se da cuenta de cuán lejos está de las motivaciones y ejecutorias de un proceso que pretende arroparse con su nombre.

Cuando  uno contempla asombrado  los esfuerzos del Presidente  por someter a su  arbitrio a todos los poderes, no puede menos  que recordar aquella  parte de su Discurso  en el  Convento  de Franciscanos, el 2 de Enero de 1814,  en la cual afirmaba: "Huid del país donde uno solo ejerza todos los poderes: es un país de esclavos"... Ese mismo pensamiento lo expresa catorce años más tarde, el 27 de Agosto de 1828, cuando se dirige a los ciudadanos de la Gran Colombia en los siguientes términos:

"¡Compadezcámonos  mutuamente del pueblo que  obedece y del hombre  que manda solo!".

Ese es el Bolívar que Chávez no leyó.

Cuando  uno revisa la invasión  de militares, activos  y retirados, en todos los  niveles del gobierno,  o escucha el discurso  militarista y guerrerista  del Presidente, se le  viene a la memoria  una lapidaria frase  que Bolívar le escribió  a Madariaga el 26  de noviembre de 1816:

"El  sistema militar es el de la  fuerza, y la fuerza  no es gobierno".

Esta  idea permanece constante  en el Libertador, quien  trece años más tarde,  el 13 de septiembre  de 1829, le escribe  a O' Leary:

"Es  insoportable el espíritu  militar en el mando  civil".

Ese es el Bolívar que Chávez no leyó.

Cuando  uno escucha las amenaza  de Chávez de permanecer  en el poder hasta más allá  de lo legal y legítimamente  admisible, le retumban  en los oídos las palabras  de Bolívar en el  Discurso al Congreso  de Angostura, el 15  de febrero de 1819: "Nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo en un mismo ciudadano el poder"... Y cuatro años más tarde, el 15 de Abril de 1823, califica ya no la situación sino la actitud de quien se aferra al poder por todos los medios, cuando le escribe a Santander:

"Es  una manía miserable  el querer mandar a  todo trance".

Ese es el Bolívar que Chávez no leyó.

Cuando  uno advierte los esfuerzos  presidenciales por torpedear  cualquier consulta ciudadana  que ponga en riesgo  su permanencia en Miraflores,  piensa en el Bolívar  que en carta al  Dr. Castillo Lara, el  13 de septiembre de 1829,  sentencia: "En los gobiernos no hay otro partido que someterse a lo que quieran los demás".

Ese es el Bolívar que Chávez no leyó.

Cuando  uno tiene la paciencia  y el valor de escuchar  las a locuciones del Presidente,  cargadas de odio, de insultos, de descalificaciones  y de inquina, piensa  en el  Bolívar  que le escribe a  Santander, el 15 de  abril de 1823: "Los intrigantes corrompen los pueblos, desprestigiando la autoridad", opinión que ratifica al mismo Santander, el 23 de febrero de 1825, cuando le escribe: "En política nada vale tanto y cuesta menos como las demostraciones de respeto y consideración".

Ese es el Bolívar que Chávez no leyó.

Cuando  uno observa el uso  que el Presidente hace  de la Fuerza Armada  para amedrentar y reprimir  a todo el que se  niegue a tragarse el  proceso, recuerda lo  que Bolívar escribió  en el proyecto de Constitución para Bolivia,  el 25 de mayo de  1826: "El destino del ejército es guarnecer la frontera. ¡Dios nos preserve de que vuelva sus armas contra los ciudadanos!".

Ese es el Bolívar que Chávez no leyó.

Cuando  uno, en suma, recorre  la historia del último  quinquenio, y suma las payasadas, los desatinos, las sandeces y las malcriadeces del Presidente, uno se convence (y cada día más) de que, como Bolívar le escribía a Santander el 12 de Noviembre de 1823, "Un necio no puede ser autoridad". 

Ese es el Bolívar que Chávez no leyó.

Daniel  Romero Pernalete: Sociólogo  y Profesor Titular de  la Escuela de Ciencias  Sociales de la Universidad  de Oriente,  Núcleo Sucre.

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