Cruzando el Pacifico, desde los Ángeles a Corea transcurren trece horas sin escala, tiempo suficiente para pensar en si mismo. Las atenciones van y vienen igual que los recuerdos, parece ser encierro en una habitación llena de todas las comodidades. Cuando los rayos del sol se introducen por las ventanillas del gran Jumbo, te preguntas ¿donde estoy? Y pellizcas tu brazo buscando vida. Igual sucedió al cruzar el Atlántico, rumbo al país de los reyes. Al bajar de aquel monstruo alado, surgió una pregunta ¿es este el viaje mas disfrutado? mientras la memoria se transporta a otros realizados hace mucho tiempo y jamás olvidados, los viajes en piragua a través del Lago de Maracaibo hasta Santa Bárbara del Zulia, en la Santa Teresita, la Viena o aquel ferry que se varo en la entrada del rió.
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Piragua Santa Teresita |
El primer viaje fue el mas recordado, la noche anterior ojos abiertos hasta el amanecer , el primero en levantarse y arreglarse listo para enfrentar aquella nave parecida a una garza a punto de alzar vuelo "ya estamos zarpando" susurro la voz tranquilizadora del padre, mientras esta salía del muelle. La parte baja de la nave era una gran bodega, donde las encomiendas, bultos y animales se disputaban un lugar al lado de hombres que solo llevaban miseria. La parte superior a donde se llegaba por una escalera, era un piso brillante, que a los ojos de un niño parecía el salón imperial, una larga mesa donde se servia el banquete colgaba del techo atado a un par de vigas, que al bajarla era cubierta con plátanos, queso, mantequilla y múltiples delicias criollas. La comida había terminado, los mesones subían y el gran salón se llenaba de música criolla .El primer baile era iniciado por el Patrón de la embarcación, pulcramente vestido con un liquilique blanco, sombrero de guama y un fuete de cuero reluciente, para demostrar quien mandaba en la embarcación. La noche caía, mientras algunos recostaban sus cuerpos en las literas.
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Foto: Alciro Ferrebus Relámpago del Catatumbo |
De la mano de mi padre recorría de proa a popa y de babor a estribor la nave, hasta que el Rayo del Catatumbo alumbro el espacio rodeado de miles de relampagueantes estrellas que anunciaban la entrada a aquel rió maravilloso, estrecho en su boca, cubierto de pájaros que daban vueltas y mas vueltas sin marearse y el ruido de los caimanes que despertaban sobresaltados por el sonido de los motores, mientras tanto la punta de la proa rompía el silencio del agua, transformada de salada a dulce y cambiando el nombre por el Catatumbo.
la piragua q iba de Maracaibo Santa Barbara de Zulia a bs cinco sus sillas de lonetas
ResponderBorrarQue tiempos aquellos recordar es vivir
ResponderBorrarSanta barbara del Zulia tierra de gracia .la despensa de Venezuela
ResponderBorrarComenten grupos de historias del sur del lago y sus pueblos
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