región las iniciativas en torno a plataformas que hagan viable una
vida local mejor "
El gobierno profundiza susesfuerzos para imponer lo que considera un
proyecto alternativo. A nombre de la justicia social y la
emancipación, arrecia un feroz ataque contra la cultura democrática,
el modelo liberal de Estado y los derechos fundamentales. Acelera su
estrategia de control sobre la sociedad, el ataque contra las zonas de
resistencia y el afianzamiento de un sistema de larga dominación en
violación de principios constitucionales.
Una ofensiva tan sostenida, diversa y ejecutada por el conjunto de
poderes del Estado no es concebible dentro de un escenario
democrático.
Más bien intenta que se admitan como ordinarias y rutinarias lo que
son prácticas autoritarias. Una copia desfasada de vías que
concluyeron en trágicos fracasos.
El catálogo de amenazas suscita desde la indignación hasta el retorno
de posiciones que refuerzan el plan que se debe combatir. La tardanza
de las respuestas, sea producto de una estrategia o de una debilidad,
suscita angustia e impotencia. En otra gente, que se niega a
considerar inevitable la dinámica destructiva que descompone al país,
aviva la reflexión sobre el qué hacer.
Estas preocupaciones y búsquedas requieren de espacios de expresión y
formulación colectiva de orientaciones. El encargo lo podrían asumir,
con urgencia y prioridad, los partidos para rehacerse y validarse
socialmente. Particularmente porque es evidente la necesidad de
innovar el discurso, revisar las concepciones de lucha y alcanzar un
nivel suficiente de ofertas básicas de futuro para enfrentar y
competir desde posiciones constructivas la ola autoritaria.
Pese al reconocimiento de quienes cumplen con responsabilidad social
la militancia partidista y al coraje cívico de la dirigencia, hay que
admitir que el actual esquema de enfrentamiento no es eficaz. Un
primer problema consiste en no reducir la resistencia democrática a
una permanente demostración de fuerza en la calle. Si el objetivo no
es sólo mostrar que se tiene fuerza sino incrementarla, entonces una
clave para la acumulación es romper las dinámicas excluyentes.
Relanzar relaciones de diálogo y convivencia con quienes en la base de
la sociedad son partidarios del proceso. Una porción de ese sector se
desplaza hacia la inconformidad y la protesta. Ella se ha movilizado
primero, no por motivaciones políticas sino por sus condiciones de
trabajo, conservación de su empleo o derecho a la vivienda.
La presencia en los medios es necesaria coyunturalmente, pero no es
suficiente para el tipo de fortalecimiento que se requiere. Pasará a
ser decisiva la construcción permanente de una conexión cercana con
los temas que están suscitando el rechazo de la mayoría de la
población.
Los partidos tienen que depender más de la sociedad real que del apa
También la dirección de las luchas debe descentralizarse. Las
principales organizaciones partidistas deben encabezar en cada región
las iniciativas en torno a plataformas que hagan viable una vida local
mejor. Tal cual digital.com
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