Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

martes, 16 de diciembre de 2008

El Zulia y la Descentralización III / Dr. Angel Lombardi

Con el advenimiento de la economía petrolera del siglo XX y el régimen andino el centralismo, se acentúa aunque en el lenguaje se siguiera insistiendo en la idea de los principios federales hasta llegar a la contradicción extrema de identificarnos en otra dictadura centralista, con la irónica denominación de Estados Unidos de Venezuela. En la segunda mitad del siglo XX, gracias a los cambios socio-culturales operados en el país durante más de medio siglo de economía petrolera, se fue posibilitando y viabilizando un proyecto de sociedad moderna que permite empezar a cuestionar de manera racional el cada vez más anacrónico e ineficiente modelo centralista, así es como de una manera tímida y con reticencia y resistencia política de los representantes del poder de la época se fue introduciendo y desarrollando la idea de un necesario e inevitable proceso de descentralización a partir de la creciente importancia demográfica y económica que iban adquiriendo las regiones. Tanto en Guayana como en el Centro, así como en Oriente y Occidente, iba naciendo un nuevo país pujante, progresista y desde sus “especificidades” regionales y locales iban asumiendo un protagonismo creciente en todos los órdenes de la vida nacional. Constitucionalmente se empezó a discutir al tema en 1947, en 1961 y en 1999 y así fue como en los últimas Constituciones aludidas se empiezan a asumir declaraciones y decisiones en la dirección de una descentralización efectiva, siendo quizás la iniciativa, más importante la que fragua a partir de los estudios de la COPRE (Comisión Presidencial para la Reformas del Estado, creada en 1984) y como fue la elección directa de Alcaldes y Gobernadores en 1989.
Con todas sus limitaciones y desviaciones ha sido el ensayo más exitoso en materia de descentralización y valorización política de las regiones. La Ley de Descentralización, Delimitación y Transferencia de Competencias del Poder Público, fue una iniciativa legislativa por consenso parlamentario, no sin cierta reticencia del poder político de la época impulsado, sin lugar a dudas, por la situación de crisis nacional que vivíamos en la década de los 80 del siglo pasado, y cuyos hitos más visibles fueron el Viernes Negro de febrero de 1983 y el llamado “Caracazo” de 1989. Por primera vez de manera efectiva se le ponía limites al exacerbado presidencialismo venezolano y por primera vez de manera legal y orgánica se empezaba a reorientar, dentro del presupuesto nacional recursos de la regiones, “devueltos” a las propias regiones, administrados y gerenciados desde ellas mismas, gracias al FIDES (1993, Fondo Intergubernamental para la Descentralización) y a las asignaciones Económicas Especiales (1996). Analitica.com

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