El nuevo alcalde de Maracaibo se consolida como el dirigente a vencer por el oficialismo
Rosales disfruta de las mieles del triunfo electoral. Una victoria por partida doble. Por un lado, consiguió dejar en manos de su candidato, Pablo Pérez, el gobierno de Zulia y alzarse él con la alcaldía de la capital de ese estado, Maracaibo. Y por otro, el líder opositor con más proyección en Venezuela sumó también muchos puntos en su camino hacia la presidencia del país. Su victoria supone, además, un gran revés personal para Chávez, que incluso llegó a amenazar con ocupar militarmente Zulia si perdía el oficialismo.
Católico ferviente y padre de diez hijos, Manuel Rosales acumuló todo su poder político en el estado de Zulia. Docente de profesión, lleva más de tres décadas dedicado a la política. Primero, como dirigente local del partido socialdemócrata Acción Demócrata y, desde 2000, al frente de su propia formación política, Un Tiempo Nuevo.
Rosales se presentó a las elecciones de 2006 como un político conciliador, tratando de sumar a su ideario político algunos de los proyectos sociales de Chávez (los cuales mejoro y supero). Entre sus promesas más renombradas está la creación de una tarjeta de débito gubernamental (LA NEGRA) que sería distribuida entre las 2,5 millones de familias más pobres, con cargo a una quinta parte de los ingresos petroleros del Estado.
Apoyado por un variopinto grupo de 44 formaciones políticas, Rosales fue ungido como el "candidato opositor de unidad". Chávez lo arrolló en esas elecciones, pero el fracaso del presidente en diciembre pasado en el referéndum constitucional -que planteaba la reelección indefinida- dio alas de nuevo a Rosales y al resto de la oposición, que ahora esperan que el avance de ayer prosiga hasta 2013, cuando concluye el mandato de Chávez.
Rosales disfruta de las mieles del triunfo electoral. Una victoria por partida doble. Por un lado, consiguió dejar en manos de su candidato, Pablo Pérez, el gobierno de Zulia y alzarse él con la alcaldía de la capital de ese estado, Maracaibo. Y por otro, el líder opositor con más proyección en Venezuela sumó también muchos puntos en su camino hacia la presidencia del país. Su victoria supone, además, un gran revés personal para Chávez, que incluso llegó a amenazar con ocupar militarmente Zulia si perdía el oficialismo.
Católico ferviente y padre de diez hijos, Manuel Rosales acumuló todo su poder político en el estado de Zulia. Docente de profesión, lleva más de tres décadas dedicado a la política. Primero, como dirigente local del partido socialdemócrata Acción Demócrata y, desde 2000, al frente de su propia formación política, Un Tiempo Nuevo.
Rosales se presentó a las elecciones de 2006 como un político conciliador, tratando de sumar a su ideario político algunos de los proyectos sociales de Chávez (los cuales mejoro y supero). Entre sus promesas más renombradas está la creación de una tarjeta de débito gubernamental (LA NEGRA) que sería distribuida entre las 2,5 millones de familias más pobres, con cargo a una quinta parte de los ingresos petroleros del Estado.
Apoyado por un variopinto grupo de 44 formaciones políticas, Rosales fue ungido como el "candidato opositor de unidad". Chávez lo arrolló en esas elecciones, pero el fracaso del presidente en diciembre pasado en el referéndum constitucional -que planteaba la reelección indefinida- dio alas de nuevo a Rosales y al resto de la oposición, que ahora esperan que el avance de ayer prosiga hasta 2013, cuando concluye el mandato de Chávez.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario