Turismo a oscuras

Los empresarios consideran la nueva ley como una intromisión excesiva del Estado, que centralizaría el manejo del sector en Caracas y asfixiaría el desarrollo turístico del país Pérdida de empleos, deterioro de las pequeñas y medianas empresas del sector, y la aniquilación de la actividad turística privada en general son las consecuencias que se prevén ante la posible aprobación de la Ley Orgánica de Turismo, que está prevista dentro de la ley habilitante. Las distintas cámaras, consejos y federaciones del sector han manifestado reiteradamente su preocupación ante esta normativa, más aún cuando no se les ha tomado en cuenta al momento de elaborarla. TODO DESDE CARACAS El centralismo es uno de los aspectos que ha activado las alarmas entre los involucrados. En la nueva ley el Gobierno, a través del Ministerio de Turismo, sería el encargado de "fijar conjuntamente con el ministerio del poder popular con competencia en la materia de control de precios, las tarifas de los servicios turísticos, cuando las circunstancias sociales y económicas así lo requieran, a fin de evitar distorsiones en la economía", expresa el artículo 8, numeral 6 del nuevo proyecto. También está planteado que el Ejecutivo nacional regule la actividad de los muelles, marinas o terminales donde desembarquen cruceros o cualquier otra embarcación que preste este tipo de servicio turístico en el territorio nacional, así como el servicio de alojamiento, gastronomía y recreación de esos buques, es decir, los cruceros internacionales también entrarían en esta regulación. Otro ejemplo de centralismo es la creación del Fondo de Turismo Social, un instrumento para el financiamiento del sector turístico que sólo podrá ser manejado por el Presidente de la República y el ministro de Turismo. Las regiones quedan por fuera. Ender Marcano / Tal Cual.com