Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

lunes, 30 de junio de 2008

EE.UU. ante el fin del dilema del racismo

En 1944 se publicó en los Estados Unidos un libro que habría de convertirse en un texto clásico de la sociología. Su autor, junto con dos académicos norteamericanos, fue el sueco Gunnar Myrdal. El argumento de la voluminosa investigación no podía ser más apropiado -antes y ahora- pues se ocupaba de lo que allí se denominaba "el problema negro" en los Estados Unidos: un tema, en verdad, tan antiguo como la historia de esa república.
 
Para entender la intensidad y proyección de tal problema, los autores resolvieron representarlo -más allá de las dimensiones sociales, económicas y culturales- como una desgarrante cuestión moral. Por eso llamaron al libro An American Dilemma . El dilema -decían ellos- era "el conflicto, siempre presente y devastador, entre, por un lado, los valores preservados en el Credo Americano y, por el otro, el prejuicio colectivo contra ciertos tipos de gente o contra personas en particular".
 
Estas reflexiones encuadran el éxito fulgurante de Barack Obama, el candidato presidencial del Partido Demócrata para las próximas elecciones de noviembre, luego de una extenuante campaña electoral frente a la obstinada resistencia de Hillary Clinton. ¿Habrá llegado al fin el momento de superar aquel dramático dilema o significará esta decisión de los demócratas otro paso adelante en un traumático proceso que aún no ha concluido?
 
Cuando Myrdal y sus colaboradores hablaban del credo norteamericano se referían al principio inscripto en la declaración de la independencia de 1776, según el cual todos los hombres han sido creados iguales y dotados, por ese mismo acto, de derechos fundamentales. La contradicción que subyacía a esas verdades consistía en la existencia de la esclavitud en una gran parte de los estados que habían firmado aquella declaración.
 
A diferencia de las repúblicas esclavistas de la antigüedad, la esclavitud en los Estados Unidos estaba unida a un color exclusivo y a un continente de origen.
Los esclavos venían de Africa, de tal suerte que el color de la piel se convirtió en el objeto del prejuicio de los blancos y de la ideología racista que lo sustentaba.
Natalio R. Botana

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