Esto del separatismo se ha vuelto la cómica del año. Oyendo a los diputados oficialistas lanzando arengas "heróicas" contra los "secesionistas" era realmente patético. Que manga de infelices. Mario Isea, esponjaba la voz, creyéndose tal vez Coto Paúl en la Sociedad Patriótica de 1810 y embestía contra el molino de viento que puso a girar Yo-El-Supremo. Digo molinos de viento pero no digo Don Quijote. Sería darle a ese infeliz diputado una connotación absolutamente inmerecida. No, no era Don Quijote embistiendo contra molinos de viento sino un altoparlante de su capo –uno no sabe si con pena ajena, porque ya muchos de estos tipos han perdido hasta el sentido del ridículo–, repitiendo en do mayor esas idioteces sobre el separatismo.Todo el que pudo aprovecho la coyuntura para echarle su jaladita al capo. Toda esta paja patriotera tiene de telón de fondo la famosa movilización de tropas venezolana a la frontera cuando El Gran Líder de la Revolución Continental salió de metiche a atravesarse en el incidente colomboecuatoriano. Menos mal que los propios militares venezolanos sabían que aquello era pura coba, pero si algo sacaron en claro es que, si hubiera sido verdad, los colombianos ya hubieran llegado a Los Teques, porque dimos pena. Quienes se preocuparon mucho fueron lo de las Farc: no quieren guerra entre nuestros dos países porque dicen que perderían el santuario. Tal Cual digital
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