El diputado Mario Isea, presidente de la Comisión de Desarrollo Económico no puede ver ni una libreta o grabadora en el salón de reuniones en el piso 6 del edificio José María Vargas, en Pajaritos, porque de inmediato ordena salir a los periodistas presentes. La alergia a los reporteros se activa incluso para discusiones en principio inocuas sobre el estatus de algún sector productivo.
Esto explica por qué ayer, cuando el presidente de Fondeagri Cojedes, Pedro Escobar, defendía la ejecución del Complejo Piscícola Ezequiel Zamora de las denuncias por presunta corrupción, Isea mandó a sacar a todo el mundo. Tanta precaución obedece a que las obras del complejo las ejecuta la empresa Constructora 2306, propiedad de Carlos Kauffman, uno de los involucrados en el caso del maletín de 790 mil dólares que el gordo Antonini quiso meter de contrabando
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