Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

sábado, 3 de febrero de 2007

Todopoderoso / Énder Arenas Barrios


Durante ocho años lo hemos visto y oído todo del presidente Chávez. Su versión tierna: tirándole besitos al aire a Fidel, la versión inmejorable de extrovertido y atolondrado; besuqueándole la cara a la reina madre de Inglaterra. Una que no es mala es su versión de arrebatado: insultando a sus ex amigos, a sus amigos, a sus vecinos, al imperialismo. Otra versión buenísima: la de lujurioso y amoroso que se dejó ver en todo su esplendor cuando hace unas semanas se dio un abrazón y un apasionado beso con un travestí llamado la "Tybhi", que si bien exhibía unas potentes nalgas, también mostraba un abultamiento desmesurado en la entrepierna que obligó al presidente Chávez a sacar rápidamente el trasero, lo cual reveló que a veces, sólo a veces, tongonearse evita ver el bojote.
También lo hemos visto trabajando, eso sí, mucho menos; por ejemplo, ha manejado trenes, carros populares. También lo hemos gozado en sus momentos de relax, cuando de pronto le exige a uno de sus ministros estrellas un cafecito; a veces se torna guachafitero, y lo vemos y oímos riéndose al llamar negro al eximio ministro de Educación durante los últimos dos o tres años. Y es que el presidente Chávez ha llenado una parte grande, muy grande, de la vida de los venezolanos en los últimos ocho años, por no decir toda.
Ahora, y al fin, el presidente Chávez se hizo con todo el poder. La Asamblea Nacional, en un acto donde se manifestó la naturaleza de los diputados, le dio al Presidente facultades prácticamente totalitarias.
Mucho se puede decir de esta jornada en la que la Asamblea Nacional se "autosuicidó" y que pudiera servir para re-escribir uno o dos capítulos de la "Teoría política para entender el hecho político venezolano", pero qué va, semejante vaina es pavosamente seria, y además para qué.
Pero fue una jornada memorable donde los diputados mostraron su mejor arsenal en lo que ahora es el deporte en el que mejor nos desempeñamos: "jalarbolas". Así tenemos a Roberto Hernández, el flamante vicepresidente de la Asamblea Nacional, quien nos dio una lección y ofreció un recital de cómo jalar más y mejor sin que el jalado se sienta abrumado; al contrario, dicen que cuando el Presidente lo oyó le enviaba mensajes telefónicos pidiéndole que lo adulara más: "Quiero más, Roberto, más, más, más, por favor". Fue cuando el vicepresidente de la Asamblea llegó al paroxismo y enrojecido por la emoción y el éxtasis gritó: "No le vamos a dar lo que el Presidente nos solicitó: ¡Le daremos más!, más facultades habilitantes para que no sólo encienda los motores, sino para que éstos se propulsen a chorro".
La presidenta de la Asamblea Nacional no se quedó atrás, Cilia Flores bailó como una mariposa y lamió como una osa lame la miel, aduló; eso sí, sin la gracia como después lo hizo el hermano menor de Escarrá, el que viste de gris, y en el que el jalabolismo alcanza dimensiones jurídicas.
Dicen que en la sesión estaba presente Tarek Williams Saab hablando con algunos diputados para que le aprobaran una estatua del presidente Chávez en el cerro El Zamuro ( no tiene nada que ve con la "Tybhi"), monumento que llevará por nombre Mi Juramento, pues según el biógrafo de la revolución, Alberto Garrido, fue allí donde Chávez, en un arranque liricopatriótico juró no darle descanso a su brazo ni a su alma (después también supimos que tampoco a sus piernas) hasta darle la libertad al país del imperio... español.
Mientras todo esto que hemos caricaturizado son las señales inapelables de la desmesura que nos gobierna, se ha iniciado un lento proceso de habituación por parte de los venezolanos que todavía piensan que todo esto se trata de una gran guevonada y que los hechos en que incurre el Gobierno son sólo eventos significativamente insignificantes y que jamás perderemos lo que hasta ahora nos ha costado un gran trabajo.

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