
Hugo “el Pollo” Carvajal debe estar respondiendo con muchos detalles ante la justicia de Estados Unidos acerca de un desafío que pretendieron ignorar los militares que han acompañado a Maduro en la represión política y el negocio de la droga.
“@ceofanb ¿Detección de 54 aeronaves estadounidenses en territorio venezolano? Jajaja”, escribió en Twitter el exjefe de inteligencia de Chávez y Maduro el 29 de septiembre de 2019.
Y añadió: “Curiosamente, estos radares sirven para detectar aeronaves estadounidenses pero no para detectar aeronaves del narcotráfico auspiciado por Maduro”.
Este asunto se ha vuelto crucial ahora que la estrategia de Estados Unidos, con el despliegue militar en el Caribe, se mueve a hacer más despiadado el ataque a lo que en ese país han descrito como “la habilidad del régimen para traficar con drogas, una fuente vital de efectivo”.
El Comando Sur ha dicho desde el primer gobierno de Trump que Maduro necesita dinero ilícito de las drogas para mantener las finanzas en su afán por aferrarse al poder, y por eso sus cañones continúan apuntado hacia allí.
Lo cierto es que Washington conoce desde hace mucho de la “información de valor” que posee Carvajal sobre los jerarcas del régimen, que “usan su poder para hacerse de millones de dólares provenientes de actividades criminales” como el tráfico de drogas, que lleva miseria y muerte a miles de jóvenes en Estados Unidos, y comprometen su seguridad nacional.
El cerco pareció estrecharse con el aplazamiento para el 19 de noviembre de la lectura de sentencia contra el exjefe de espionaje, acusado de narcotráfico, blanqueo de capitales y colaboración con la narcoguerrilla de Iván Márquez para introducir drogas en ese país por Venezuela y México.
El mayor general retirado, de 65 años de edad, tiene buenas razones para aspirar a una sentencia que se parezca lo menos posible a cadena perpetua, mientras que la Fiscalía estadounidense sin duda confía en la información que atesora el Pollo, que conoce como pocos, quizás como ninguno, las entrañas del Cártel de los Soles.
Muchos lo consideran un tipo astuto y meticuloso con fama de que “lo sabe todo de todos”, y la documentación que probablemente posee tal vez deje al descubierto también peligrosísimos lazos con el terrorismo internacional, así como las rutas del saqueo por las mafias que secuestraron las instituciones en Venezuela para traficar con drogas y robar.
La posibilidad de que Carvajal negociara siempre estuvo presente y explica por qué el régimen de Caracas pidió su extradición, primero de España y después de Estados Unidos.
Esa pretensión desnudó el temor que le ocasiona la información que posee quien manejó la inteligencia civil y militar en Venezuela durante casi diez años, sobre todo porque del otro lado están el Departamento del Tesoro y tribunales de Florida y Nueva York con casos armados desde 2008, que ahora esperan por la clave del Pollo.
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