Mientras las tensiones con Estados Unidos se mantienen en un punto álgido, y se espera por la llegada del descomunal portaviones Gerald Ford a las aguas del Mar Caribe, Venezuela ha comenzado a recibir armamento militar específico enviado por la Federación Rusa para reforzar sus líneas, tal como lo han confirmado los Gobiernos de ambos países.
Hasta ahora, se ha informado de la llegada de los sistemas de defensa aérea Pantsir F-1 y Buk-M2E, traídos para reforzar el parque nacional de defensas áreas, —con sus 5.000 misiles Igla-S, también de fabricación rusa—, considerado el más avanzado de América Latina. Funcionarios rusos ya han hablado públicamente de la posibilidad de darle a Venezuela el misil balístico hipersónico Oréshnik y misiles de crucero Kalibr.
“Estamos en contacto permanente con nuestros amigos de Venezuela”, admitió Dimitri Peskov, portavoz de la presidencia de Rusia, al comentar el acercamiento de Caracas a Moscú, en busca de ayuda ante las acusaciones hechas a Maduro por Estados Unidos. Peskov aludió la existencia de “obligaciones contractuales” existentes entre los dos países.
En mayo de este año, Venezuela y Rusia firmaron un ambicioso “acuerdo de asociación estratégica” que ampliaba el marco de cooperación entre los dos países, con un capítulo muy especial en el sector militar, uno de los campos de trabajo en el cual los dos países han podido profundizar con mayor eficacia sus intereses mutuos.
“Reafirmamos nuestro firme apoyo a las autoridades venezolanas en la defensa de su soberanía nacional”, declaró María Zajarova, portavoz de la cancillería rusa, quien advirtió: “Una agresión directa de Estados Unidos agravará la situación en lugar de resolver los problemas que tienen todo el potencial de resolverse legal y diplomáticamente”.
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Alberto News

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