
Mientras Estados Unidos copa el Caribe sur con buques militares, marines y ubica aviones de combate en Puerto Rico, en Venezuela sus autoridades plantean el inicio de “la guerra revolucionaria” y amenazan a Trinidad y Guyana.
Venezuela atraviesa momentos muy delicados, cuando se requiere inteligencia y verdadero sentido nacionalista.
Quizás a algunos se les olvida que el origen de la desestabilización política del país y de la actual movida de Washington, más allá de los señalamientos sobre el narcotráfico, está en los controvertidos resultados de la elección presidencial del 28 de julio de 2024.
Si ese es el origen del asunto, de lo que deberíamos estar hablando ahorita es cómo se puede cerrar de forma democrática aquella herida, que ha ocasionado una crisis de legitimidad. Sería mejor plantear este asunto, que estar moviendo tanques y repartiendo armas. Es la vía para comenzar a fumar la pipa de la paz y bajar decibeles a los tambores de la guerra.
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