Chevron reanudará operaciones en Venezuela con una licencia restringida y confidencial otorgada por Donald Trump, tras casi dos meses de inactividad. Expertos consultados por Crónica Uno concuerdan en que el permiso, de 60 días, limita la planificación y plantea retos para PDVSA en pagos, exportaciones y captación de divisas.

Caracas. La presencia de Chevron en Venezuela vuelve a encender el tablero petrolero. Tras casi dos meses de inactividad, la compañía estadounidense retomará operaciones bajo una licencia “específica y privada” otorgada por el presidente de Estados Unidos (EE. UU.), Donald Trump.

El permiso llega después de que la Casa Blanca eliminara la licencia general 41 —emitida durante el gobierno de Joe Biden— y mantiene un velo de confidencialidad sobre sus alcances, lo que ha despertado expectativas e incertidumbre sobre sus consecuencias para el sector energético y la economía del país.

La licencia general 41 se emitió originalmente el 26 de noviembre de 2022 bajo la administración Biden y permitía a Chevron operar sus empresas mixtas con Petróleos de Venezuela S. A. (Pdvsa), aunque con restricciones como la prohibición de exportar petróleo fuera de EE. UU. o pagar regalías y dividendos a la petrolera estatal venezolana.

Fue sustituida por la GL 41A el 4 de marzo de 2025, que autorizó un periodo de cierre de operaciones hasta el 3 de abril. Luego, el permiso fue reemplazado por licencia GL 41B, que extendió ese lapso hasta el 27 de mayo de 2025.

La compañía estadounidense no ha ofrecido detalles sobre su alcance. No obstante, expertos en materia petrolera y económica han logrado dilucidar ciertos términos del acuerdo.

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Foto: Prensa ONU

Un permiso a discreción de Trump

En entrevista con Crónica Uno, el coordinador del Centro Internacional de Energía y Ambiente del Instituto de Estudios Superiores de Administración (Iesa), Oswaldo Felizzola, explicó las posibles condiciones en las que Chevron operaría durante lo que resta del año en el país.

“Ninguno de los involucrados ha ofrecido los detalles de la licencia y eso nos hace suponer, que está medida estará bajo la discreción total del gobierno de Donald Trump”,

aclaró.

En el pasado, este tipo de licencias se publicaban en la página de la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés), mientras que ahora provienen directamente de la Casa Blanca. Este factor refuerza la confidencialidad.

Felizzola añadió que antes las licencias se renovaban cada seis meses. Sin embargo, en esta oportunidad se habla de plazos de 60 días, según fuentes petroleras.

“El primer problema que se presenta con respecto al tiempo de la licencia es la planificación de la venta del crudo, porque ese proceso por lo general se hace a 30, 60 o 90 días. El tener una renovación cada seis meses permitía dar un financiamiento hasta de un año, lo cual es muy común en la industria. Ahora los contratos serán a 30 o 60 días a lo mucho”, detalló.

El especialista señaló que el segundo problema derivado de la nueva licencia es la reducción de incentivos para que Chevron aumente su producción en Venezuela.

“Los contratos que tiene Chevron con sus proveedores, los cuales permiten y ayudan a aumentar la producción, también serán a 60 días. Entonces, los incentivos en un período tan corto de tiempo son para mantener producción y no para aumentarla”, expuso.

Bajo la licencia 41, la producción de Chevron en Venezuela alcanzó alrededor de 250.000 barriles diarios de petróleo, según declaraciones del presidente de Chevron, Mike Wirth, citadas por la agencia de noticias Reuters el 1° de agosto pasado, en un contexto en que la producción nacional total llegó a 807.000 barriles diarios en julio de 2025, antes de caer cerca de 10 % por la espera de autorizaciones similares para otros socios de Pdvsa.

Pago en especie y retos para Pdvsa

Felizzola indicó que el propio gobierno estadounidense, a través de algunos voceros, dejó claro que los beneficios para Venezuela serán bastante limitados. Este aspecto constituye uno de los rasgos más evidentes de la nueva licencia.

“Desde que se dio a conocer la información de la nueva licencia se supo que el pago de los dividendos de las empresas mixtas sería en especies. Es decir, con petróleo, una medida que es totalmente válida desde el punto de vista del comercio venezolano”, sostuvo.

Aseguró que el reto recaerá ahora en Pdvsa, que deberá vender en los mercados internacionales el petróleo recibido como pago de Chevron.

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Foto: Chevron

“Pdvsa continuará comercializando este petróleo y, lo más probable, es que lo venda a países asiáticos, como ha ocurrido en los últimos años. Ahora bien, Venezuela debe establecer las condiciones para esas transacciones, no Chevron”,

puntualizó.

Recalcó que el acuerdo es tan “vago” que aún no está claro si el único producto con el que Chevron pueda pagar a Venezuela será petróleo.

“Chevron podría pagarle a Venezuela con diluyentes, diésel o gasolina; esa es otra forma en que ambos socios pueden cumplir sus compromisos. Sin embargo, solo el tiempo nos dirá si EE. UU. aceptará también estos métodos de pago”, subrayó.

Consultado sobre el futuro de otras compañías petroleras presentes en Venezuela —como Repsol, Eni, Reliance y Maurel & Prom—, el también docente universitario afirmó que podrían obtener beneficios similares a los de Chevron, pues en el pasado contaron con licencias otorgadas por EE. UU.

“Cuando se otorgó la licencia 41, sirvió como referencia a otras empresas para pedir autorizaciones a EE. UU., y en este caso es probable que suceda lo mismo. Estamos en un período de adecuación; vamos a ver cómo le va a Pdvsa y a Chevron con esta nueva licencia y el camino que tomen las otras compañías que participan en empresas mixtas”, agregó.

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Foto: Crónica Uno

Impacto económico y geopolítico

El economista y socio director de la firma Ecoanalítica, Pedro Palma, advirtió que, si EE. UU. impone aranceles a todos los países que compren petróleo venezolano y Chevron paga a Pdvsa con crudo, el impacto de la licencia en la economía venezolana será muy limitado.

“Hasta hace unos meses atrás la que producía el petróleo de Chevron era la empresa mixta con Pdvsa. Chevron vendía la totalidad de ese crudo a los EE. UU. y cambiaba una cantidad importante de dólares en la banca privada venezolana para pagar en bolívares el trabajo de esa empresa mixta. Ahora esto, aparentemente, no va a suceder porque ellos tendrían que pagar con petróleo”, dijo.

La reducción de pagos en efectivo afectará la entrada de divisas, lo que podría presionar el tipo de cambio y limitar el acceso a dólares en la economía local. También podría frenar inversiones en exploración y mantenimiento de campos, al acortar la previsibilidad de los contratos.

“Debemos esperar cómo implementarán la licencia y los aranceles en Venezuela, porque el presidente Trump ha mostrado una actitud muy cambiante. Por ahora, conviene ser cautos y esperar más detalles para medir el verdadero impacto de estas medidas, no solo en la economía venezolana, sino también en la economía mundial”, reflexionó.

En el plano geopolítico, la continuidad de Chevron en Venezuela también busca contener la creciente influencia de China y Rusia en el sector energético del país. Mientras, EE. UU. aplica una estrategia de presión y alivio controlado (‘carrot and stick’) para que el gobierno de Nicolás Maduro no reciba directamente ingresos en efectivo por estas operaciones.

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