Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

miércoles, 13 de agosto de 2025

Falsos positivos: la estrategia desesperada de Diosdado Cabello para acorralar a María Corina


En la Venezuela de Nicolás Maduro y Diosdado Cabello, la mentira institucionalizada ha dejado de ser un simple recurso político para convertirse en una herramienta de supervivencia. En las últimas semanas, el régimen ha intensificado una estrategia que recuerda a los manuales más oscuros de las dictaduras: la fabricación de “falsos positivos” con el fin de justificar la persecución y criminalización de voces disidentes, con un objetivo específico en la mira: María Corina Machado.

Cabello, segundo hombre fuerte del chavismo y figura clave en la estructura de poder, ha tomado la delantera en este libreto. A través de sus programas, discursos y operaciones de propaganda, presenta supuestas “tramas conspirativas” que, según él, vincularían a la líder opositora con planes desestabilizadores, atentados o incluso redes de violencia. Pero lo que en el relato oficial se presenta como “pruebas irrefutables”, en la realidad se asemeja a montajes cuidadosamente producidos para manipular la opinión pública y sembrar miedo.

Los “falsos positivos” no son nuevos en la política autoritaria. Se trata de acusaciones fabricadas, basadas en evidencias manipuladas o testigos falsos, cuyo objetivo es justificar medidas represivas y neutralizar a adversarios incómodos. En Venezuela, estos montajes se han convertido en una constante: detenciones arbitrarias, confesiones forzadas transmitidas en televisión, documentos “descubiertos” en supuestos operativos y videos editados para incriminar a dirigentes opositores.

El patrón es claro: cada vez que el chavismo enfrenta un momento de debilidad política o social, surge una “conspiración” denunciada por Cabello. Esta fórmula cumple dos funciones: desviar la atención de la crisis económica y social, y preparar el terreno para nuevos actos de represión. En el caso de María Corina, el propósito es doble: deslegitimar su liderazgo ante la comunidad internacional y fracturar el entusiasmo que despierta en la ciudadanía.

Pero este método tiene un problema que el propio Cabello y Maduro parecen subestimar: lejos de afianzar su permanencia en el poder, acelera el desgaste del régimen. La repetición constante de estas acusaciones sin sustento erosiona su credibilidad incluso entre sus propios simpatizantes, muchos de los cuales empiezan a notar que cada crisis política viene acompañada de un “descubrimiento” convenientemente armado. La narrativa se desgasta, y el miedo —que durante años funcionó como herramienta de control— pierde eficacia cuando la mentira se vuelve demasiado evidente.

A nivel internacional, la estrategia también resulta contraproducente. Las organizaciones de derechos humanos, la prensa libre y gobiernos democráticos observan con creciente escepticismo las versiones oficiales. La imagen del chavismo como un poder ilegítimo y represor se consolida, generando mayores sanciones, aislamiento diplomático y pérdida de márgenes de maniobra.

Diosdado Cabello busca con estos falsos positivos reforzar la narrativa de que María Corina es una amenaza “extremista” y “golpista”, pero termina proyectando su propio temor: el reconocimiento de que el liderazgo de Machado ha logrado romper el cerco psicológico que el chavismo mantenía sobre la sociedad venezolana. Cada montaje, lejos de desmovilizar, alimenta la indignación y la convicción de que el cambio político es urgente.

En última instancia, la persecución basada en falsos positivos es un síntoma inequívoco de debilidad, no de fortaleza. Si el régimen realmente se sintiera seguro, no necesitaría inventar enemigos ni fabricar pruebas. Al recurrir a estas maniobras, Cabello y Maduro revelan que el tiempo ya no está de su lado. Y paradójicamente, lo que buscan para prolongar su dominio podría convertirse en el detonante que acelere su final.

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