Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

domingo, 10 de agosto de 2025

EEUU y la oposición venezolana enfrentan “retos desafiantes” a un año de las elecciones presidenciales


Estrategia

El pasado 28 de julio se cumplió un año desde las elecciones presidenciales en Venezuela y expertos invitados por el Adrienne Arsht Latin America Center del Atlantic Council no solo recuerdan lo que ocurrió esa fecha, sino que plantean los desafíos políticos y de organización que aún persisten a lo interno y los retos que a su vez enfrenta Estados Unidos en cuanto a su estrategia hacia Venezuela.

En el foro «One year later: Venezuela’s presidential election and the road ahead”, moderado por Geoff Ramsey, miembro principal del Adrienne Arsht Latin America Center, y realizado este martes, se hizo énfasis en el “retorno de Venezuela a la democracia” y la importancia de que la administración de Donald Trump logre un “equilibrio” en su política hacia el país.

“Estados Unidos no puede permitirse no involucrarse o aplicar estrategias que han fracasado en el pasado. Estados Unidos necesita una estrategia a largo plazo”, expuso Brian Fonseca, director del Instituto Jack D. Gordon de Políticas Públicas de la Universidad de Florida, durante su intervención.

Aseguró que “uno de los retos más desafiantes” en la política exterior de Estados Unidos es Venezuela. “El régimen de Maduro es una autocracia y ha desmantelado sistemáticamente las instituciones democráticas, ha socavado la sociedad civil y cometido abusos en derechos humanos. Eso es un hecho y ha sido evidenciado… Las elecciones del año pasado confirman que el régimen haría cualquier cosa para sobrevivir”.

Recordó que Estados Unidos ha tratado de darle forma al trayecto que debería transitar Venezuela a través de una combinación de sanciones, aislamiento diplomático y presión pública.

“En la primera administración de Donald Trump tomó la forma de máxima presión con sanciones, con la intención de hacer colapsar al régimen. Ese esfuerzo no fue exitoso, no produjo ningún cambio político significativo y fracasó en debilitar al régimen. Más bien lo reforzó en el poder, al llevar a Venezuela hacia los brazos de competidores geopolíticos de Estados Unidos, que son principalmente China y Rusia; así como Irán y otros que ha querido llenar el vacío”, dijo.

En la actualidad, para Fonseca, la política de Estados Unidos hacia Venezuela carece de un verdadero apalancamiento en la práctica. “No tenemos presencia política, económica y diplomática en el terreno que nos permita influir significativamente en los eventos; mientras que competidores estratégicos sí: China en inversiones, Rusia en seguridad y cooperación, Irán en alianzas económicas. Y se han profundizado en años recientes”.

Por eso llamó a “reconocer la dura verdad: hay alternativas a Estados Unidos en un paisaje geopolítico más amplio. Maduro no necesita a Washington para sobrevivir y creo que él lo sabe, como se evidenció en las elecciones pasadas que se movió en otra dirección a la que Estados Unidos estaba propiciando. Ese hecho cambia la mesa de negociación completamente”.

Explicó que eso significa que, si Estados Unidos escoge la estrategia de desvincularse de Venezuela, “corremos el riesgo de ver una influencia a largo plazo de adversarios en la región. A pesar de la naturaleza autocrática del régimen y su récord en derechos humanos, Estados Unidos debe permanecer involucrado y creo que es allí donde esta administración se está balanceando”.

De acuerdo con Fonseca, en el contexto actual involucrarse no significa endosar, “significa mantenerse en el juego y preservar la habilidad de Estados Unidos de influir en resultados y previniendo que los espacios estratégicos sean completamente dominados por rivales geopolíticos”.

También resaltó que la política de Estados Unidos en estos momentos pareciera moverse entre dos impulsos. Por un lado, el deseo de aislar a Venezuela y “castigar al régimen” y, por el otro, el reconocimiento de algún nivel de involucramiento para proteger los intereses de Estados Unidos, sea migración, petróleo o competencia de poderes.

“Lo que tenemos es un acto de equilibrio. El peligro de esto es que a largo plazo podemos terminar con lo peor de los dos mundos: apalancamiento mínimo y una mayor influencia de los competidores internacionales. Desde la perspectiva de política exterior de Estados Unidos, hay que reconocer el contexto geopolítico actual. Venezuela no es un solo un petroestado con dificultades a la puerta de Estados Unidos, es también una plataforma para que rivales de Estados Unidos proyecten su poder hacia el hemisferio occidental, es una conductora de inestabilidad regional y de migración que impacta la política doméstica de Estados Unidos”, aseveró.

De allí que planteara que los hacedores de política de Estados Unidos deben conciliar cómo puede Estados Unidos recuperar un “apalancamiento significativo” en Venezuela y diseñar una política real acorde con lo que está ocurriendo en Venezuela, el gobierno venezolano y la competencia que está enfrentando.

“Cualquier enfoque exitoso de Estados Unidos debe tomar en consideración todo eso y reconocer que Estados Unidos no puede permitirse no involucrarse o aplicar estrategias que han fracasado en el pasado. Estados Unidos necesita una estrategia a largo plazo. Por eso quizá consideraron que sacar a Chevron podría tener el efecto contrario”, advirtió.

Un repaso del 28 de julio y “dónde estamos ahora”

Roberto Enríquez, secretario ejecutivo pro tempore de la Plataforma Unitaria, también participó en el foro y explicó detalladamente en qué se encuentra enfocada en estos momentos la coalición opositora a un año de las elecciones presidenciales y que se resume en diseñar un “acuerdo integral” para garantizar el “retorno de Venezuela a la democracia”.

Acusó a la administración de Nicolás Maduro -a quien calificó de “adversario”- de utilizar la “la disociación como estrategia” para crear realidades alternas y desconocer la voluntad de los venezolanos. “Están todavía en el poder y para eso estamos trabajando”.

Destacó que el acuerdo implica no solo “movilizar las fuerzas vivas”, sino también que “el adversario entienda el proceso… Es apelar a conciencia de los venezolanos para presionar y el adversario debe entender que el problema de los venezolanos se resuelve hablando”.

Añadió que el acuerdo también es un “programa con hitos muy claros” que incluye, entre otros aspectos, convivencia democrática, alternancia política, respeto al pueblo venezolano y reglas de juego claras.

Y mientras pidió no “satanizar diálogo”, pues el “memorándum de entendimiento que se suscribió en México está más vigente que nunca”, también criticó a aquellos opositores que -a su juicio- se han plegado a la narrativa del gobierno de Maduro.

“La Plataforma Unitaria reconoce el liderazgo de María Corina Machado y Edmundo González”, advirtió; al tiempo que afirmó que no están “dispuestos a romper a la unidad” y que los esfuerzos se concentrarán para que “Venezuela viva en democracia”.

Griselda Colina, directora del Observatorio Global de Comunicación, fue otra de las invitadas del Atlantic Council. Aseguró que el 28 de julio “se cometió un fraude masivo a la voluntad de los venezolanos” y recalcó que “a esa fecha no se llegó por casualidad. Este es un proceso largo de imposición de un modelo socialista… es la muestra de cómo se destruye a fuego lento una democracia”.

Aseveró que “el adversario pasó una raya roja” durante el proceso electoral. “No hicieron auditoría, fue un proceso opaco y es un CNE subordinado al poder”. De allí que preguntara: “¿En qué momento estamos?” y respondiera que “en uno de los momentos más oscuros”.

Según Colina, en Venezuela desde hace años se vive “un retroceso democrático… Nos toca resistir y no olvidar lo qué pasó. Nos toca reconstruir nuevas plataformas y organización… Y seguir luchando por la democracia en Venezuela”.

Eugenio Martínez, director de Votoscopio, no solo fue crítico con la administración de Maduro, la cual “mutó a una autocracia cerrada y legitimó nuevas élites políticas, económicas y sobre todo militares”; sino también con la oposición por seguir “anclada en una Venezuela que ya no existe» y «no haber sido capaz de seguirle el ritmo al régimen”.

Por eso considera que la Plataforma Unitaria debe “reconfigurarse para adecuarse al régimen venezolano”, tomando en cuenta que para 2026 está prevista la reforma constitucional que contempla “modificar todo y eliminar el voto directo y universal”.

A su juicio, hay que dar “una respuesta conjunta a la reforma constitucional”, pues las acciones que se tomen permitirán o no “avanzar hacia la transición democrática” en Venezuela.

Durante el foro también tomó la palabra Jennie Lincoln, jefa de la misión del Centro Carter que estuvo en Venezuela para las elecciones del 28 de julio y quien reivindicó la importancia de haber sido observadores del proceso.

“Lo más importante es que llegamos allá (Venezuela) y estuvimos allí bajo los parámetros del Centro Carter… Era más valioso estar en el terreno y no ver el proceso desde afuera”, aseguró.

Recordó que la invitación llegó en julio y “estábamos cómodos con las condiciones”. También contó que era una misión pequeña, integrada por 17 personas, que Maduro no los recibió y que recibieron mucha presión para que hablaran.

Y sobre el 28 julio rememoró que “había fiesta cívica” con venezolanos haciendo colas para votar desde muy temprano, pero “después del mediodía cambió… Todos saben que el sistema electrónico funciona y todos saben lo que pasó…”. 

https://hispanopost.com/

https://digaloahidigital.com/

No hay comentarios.:

Publicar un comentario