Republica del Zulia

Julio Portillo: Necesitamos entonces promover el regionalismo como protesta al excesivo centralismo en todos los órdenes. Tenemos que despertar la conciencia política de la provincia.

viernes, 29 de agosto de 2025

Ángel Lombardi: Etnogénesis, identidad y orígenes de pueblos y naciones


Toda comunidad humana tiene un origen y una historia: una mezcla aleatoria de mitos, leyendas e historia. Mientras más lejano el origen, más mitológico. Después vienen las narraciones épicas, una confusión permanente entre leyendas y hechos, cuyo núcleo gira en torno a la idea etnocéntrica de ser un pueblo especial, elegido, particularmente virtuoso, destinado a la grandeza.

Sobran los ejemplos. Basta revisar la historia de cada nación: cada una se cree especial.

De hecho, este destino —predestinado y manifiesto— está en la base de todas las historias patrias: ideología del consenso y de la autoestima nacional. Lo llamamos nacional(ismo) y, en su exageración fanática, patrioter(ismo).

En la historia escolar, esta es la tendencia historiográfica dominante. Más que educar, ideologizamos. La historiografía crítica existe, y ayuda a entender y entendernos como comunidad y como parte de una comunidad mayor: la aldea-mundo como humanidad, una y diversa, pero todavía no asumida plenamente.

El particularismo prevalece, con su carga de xenofobia, racismo, intolerancia y fanatismo. En todas las sociedades, aunque en grado diverso.

El Estado-nacional sigue dominando nuestro imaginario histórico y nuestras conductas colectivas. Basta una mirada al mundo presente:

– Estados Unidos, hecho de emigrantes, persiguiendo emigrantes.

– Europa, que llenó el mundo de emigrantes, rechazando emigrantes.

– En África, el odio tribal sigue vivo.

– En Asia, China aísla a los uigures porque son de origen turcomano.

– En Japón, se evitan las mezclas raciales.

Todos los países de Asia que terminan en -stán —Pakistán, Afganistán y otros menos conocidos— comparten una raíz común: stan significa “gente de aquí”.

Casi 60 lenguas y cerca de tres mil dialectos siguen particularizando a la humanidad. Es una importante herencia cultural que debemos respetar y mantener. Pero también hay que conciliarla con un mundo cada vez más interconectado y con problemáticas compartidas, como por ejemplo: Los riesgos ambientales y el cambio climático. La integración e interconexión creciente de la economía. La inteligencia artificial y la revolución tecnológica que nos hacen “globales”. Las desigualdades, las complejidades crecientes de la geopolítica, las guerras, la amenaza nuclear y la necesaria paz.

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