
La pregunta sobre la continuidad de la Organización de Estados Americanos (OEA) se vuelve cada vez más relevante, especialmente tras las contundentes declaraciones del subsecretario de Estado, Christopher Landau. Es importante recordar que Estados Unidos, además de ser la sede de la organización, aporta casi el 60% de su presupuesto. Y al parecer no están dispuestos a seguir apoyando una entidad que no toma posiciones firmes frente a las dictaduras que persisten en el continente y no actúa con determinación ante las graves violaciones de derechos humanos que ocurren en varios países de la región.
Otro factor que preocupa a Estados Unidos es el control que el Caricom ha ejercido sobre las votaciones relacionadas con la aplicación de la Carta Democrática de la OEA. Esta situación ha generado tensiones y ha dejado a la organización en una posición vulnerable.
Lo más probable es que Estados Unidos decida no continuar con su contribución financiera, lo que podría significar el fin de la OEA. No parece que los demás países estén dispuestos a asumir el costo de mantener una organización que se encuentra prácticamente paralizada por la confrontación ideológica.
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